Son nuestros primos lejanos, solemos decir. En algún momento de la cadena evolutiva, seres humanos y chimpancés nos separamos. Pero fue algo que ocurrió relativamente hace poco tiempo. Así que compartimos ciertas características. Aunque evidentemente seamos distintos.

Encuentros en el zoo

O quizá no tanto. Es posible que tengamos más similitudes de las que estamos dispuestos a admitir. Y cuando nos encontramos cara a cara, surge nuestra relación. Es lo que un grupo de científicos acaban de estudiar. Cómo los humanos y los chimpancés nos imitamos unos a otros cuando nos vemos, por ejemplo en un zoo. Lo curioso del análisis es que nuestra lógica humana dicta que serían los primates los que copiaran nuestro comportamiento. Pero resulta que los humanos, cuando interactúan con estos animales, también imitan su forma de actuar. Y lo que todavía puede ser más sorprendente: ambas especies tienen una tasa de imitación similar.

Un sistema de comunicación

Según los científicos, la imitación se produce como un intento de establecer una comunicación entre las especies. Es fácil de determinarlo en el caso de los humanos, pero resulta fascinante pensar que los monos están intentado transmitirnos algo. Los humanos imitaban con mayor proximidad los movimientos de los monos. Pero estos conseguían mejores representaciones a medida que su relación con las personas se hacía más estrecha.
Como prueba, aducen que en el 36% de los casos, los chimpancés reaccionaron a la imitación humana de sus pautas con acciones en las que trataban de representar acciones de los visitantes.
Los responsables del estudio aseguran que este descubrimiento permitirá conocer en más detalle los procesos de aprendizaje, tanto en primates como en los propios humanos. Como los sistemas de imitación contribuyen al desarrollo cognitivo y al establecimiento de relaciones sociales en comunidades donde este tipo de interacciones tienen un gran valor.