Mientras andamos haciendo el bobo por ahí, intentando buscar vida en planetas remotos, seguimos sin tener muy claro qué sucedió para que haya vida en este. Vale, saber si hay vida en otros planetas, puede ayudarnos a describir por qué sí existe en este, pero también hay evidencias más cercanas que nos pueden ayudar.

Vida en el hielo

Por ejemplo, un grupo de científicos de la Universidad Nacional Australiana han descubierto por qué se produjo la explosión biológica que desencadenó el desarrollo de formas de vida complejas. Y lo más paradójico es que la vida explotó gracias a las condiciones más extremas. Hace unos 650 millones de años, la Tierra estaba sufriendo una de las más severas edades de hielo que se han registrado. El planeta se había convertido prácticamente en una bola de hielo. Y así se mantuvo durante unos 50 millones de años. Estas condiciones provocaron que el hielo fuera rapando hasta la última brizna de humedad ambiental. Y con ella, los nutrientes.

Fósiles moleculares

Pero hasta los peores momentos tienen su final. El hielo, poco a poco se derritió. Y los nutrientes se fueron liberando. Estos nutrientes sirvieron para que variedades de algas se pusieran las botas. Y esta proliferación de algas trajo consigo todo el desarrollo de vida posterior. No solo había más alimento disponible, sino también más energía al alcance. Durante la investigación, los expertos australianos estudiaron rocas sedimentarias encontradas en el centro del país. Después de moler las rocas, acometieron la tarea titánica de analizar los fósiles moleculares. El estudio de los biomarcadores presentes en los hidrocarburos permitió calibrar el momento en el que los primeros organismos complejos aparecieron y empezaron a alimentarse de cianobacterias. Este mismo proceso les permitió datar este extraordinario suceso que, de algún modo, nos trajo a nosotros hasta aquí. Entre los 663 y los 645 millones de años se produjo este cambio climático que lleno de vida lo que hasta entonces era un páramo helado.