Durante la Guerra Fría, cuando Carter combatió el comunismo convirtiendo a todos los estadounidenses en culpables o cómplices, el arte proyectó el miedo a una guerra nuclear. Los superhéroes o Godzila eran producto de mutaciones. Pollock ofrecía sus explosiones de color. En literatura, se seguía la senda de HG Welles, que inventó la idea de bomba atómica. El artista Adamo Dimitriadis recupera aquella época contrastando en sus lienzos los motivos relacionados con el mundo de la energía con imágenes cotidianas de la época, donde reina una aparente felicidad producto de la sociedad de consumo que comenzaba a articularse en un Estados Unidos en plena expansión industrial. Inspirado en el arte científico de Fritz Kan, o el retrofuturismo de Arthur Radebaugh, presenta, hasta el 15 de junio, una selección de doce óleos que ha realizado durante los últimos dos años, en la muestra El futuro que nunca llegó, Durante la Guerra Fría, cuando Carter combatió el comunismo convirtiendo a todos los estadounidenses en culpables o cómplices, el arte proyectó el miedo a una guerra nuclear. Los superhéroes o Godzila eran producto de mutaciones. Pollock ofrecía sus explosiones de color. En literatura, se seguía la senda de HG Welles, que inventó la idea de bomba atómica. El artista Adamo Dimitriadis recupera aquella época contrastando en sus lienzos los motivos relacionados con el mundo de la energía con imágenes cotidianas de la época, donde reina una aparente felicidad producto de la sociedad de consumo que comenzaba a articularse en un Estados Unidos en plena expansión industrial. Inspirado en el arte científico de Fritz Kan, o el retrofuturismo de Arthur Radebaugh, presenta, hasta el 15 de junio, una selección de doce óleos que ha realizado durante los últimos dos años, en la muestra El futuro que nunca llegó, en el espacio Bez (Gran Vía, 16, Madrid).