Teresa Ubeira y Juan Llauder con un grupo de sus alumnos en el interior de la escuela. Foto: socarpe-innovación.


No está en una gran ciudad, sino en una pequeña aldea termal de Pontevedra, Caldelas de Tui, pero sus métodos pedagógicos le han llevado a situarse entre los mejores.


O Pelouro es el resultado del trabajo incansable de este matrimonio formado por un neuropsiquiatra infantil y una pedagoga terapeuta a los que une una misma pasión: la infancia.

Juntos fundaron en la década de los 70 una escuela pionera en la integración. La pusieron en marcha aprovechando el espacio de lo que había sido un establecimiento hotelero de su familia. “De dos hoteles hicimos una escuela”, recuerda esta hija de profesor republicano, que quiso crear un tipo de pedagogía distinto al que imperaba, una pedagogía similar a la “infancia de balneario” de la que ella había disfrutado.

O Pelouro es una escuela donde “poder ser uno y poder ser con otros”, un lugar donde “vivir la diversidad”.



“Había niños con problemas muy graves junto a otros muy potentes, normosanos”, explica, y la normosalud imperó. Las sorpresas fueron impresionantes”. Desde entonces han demostrado en cientos de ocasiones que “con otro espacio, con otro tiempo y con otro perfil de maestro, de terapeuta, se da otro niño”.

La magia de poder ser
O Pelouro es una escuela para todos. Tras sus muros de piedra hay espacio para los niños con autismo, síndrome de Asperger o Down, pero también para los superdotados o los considerados 'normales'. Es una escuela donde “poder ser uno y poder ser con otros”, un lugar donde “vivir la diversidad”.

[youtube]https://youtu.be/OznTKt-07Zc[/youtube]

Detrás de este sistema que no entiende de aulas al uso, hay un estricto rigor científico. Aquí no hay hora de matemáticas o lengua, pero se aprenden esas asignaturas y muchas otras. Se trabaja la expresión social, relacional y emocional.

La voluntad de aprender
Parte del secreto del éxito radica en lograr “encender la chispa del querer aprender”. En O Pelouro no existe el fracaso. “Se acompaña al niño en el proceso de aprendizaje”, explica Teresa. De la mano de los diez profesores que componen el equipo, sus 80 alumnos van construyendo su propio yo. “Cuando le dejas a un niño un pensamiento libre, todo es posible”.

Por ello quienes conocen este centro aseguran que hablar de él es hablar de continua explosión. “Llevo 50 años en este mundo -confiesa Teresa- y nunca un día fue igual a otro”.

Es habitual que reciban visitas, en la imagen alumnos del IES San Blas de Madrid.



Innovación y transformación
Su papel innovador y transformador en el marco educativo ha hecho que O Pelouro haya recibido diferentes galardones. Este mismo año, el centro ha sido incorporado a la Red Internacional de Escuelas Changemaker (agentes del cambio) de Ashoka, un asociación internacional sin ánimo de lucro dedicada a fomentar el emprendimiento social.

Junto a la Escola Sadako de Barcelona, el colegio Amara Berri de San Sebastián y el Centro de Formación Padre Piquer de Madrid, ha sido reconocida por liderar la transformación del sistema educativo. Sin embargo, la escuela de Teresa y Juan, es el único centro concertado totalmente gratuito y de estas características de España. De hecho dispone de un decreto especial de la administración.

El reto del futuro
Desde O Pelouro se apuesta por la neuroeducación. “Hemos llegado al colapso emocional”, dice Teresa. “Hoy por hoy se ha exterminado la realidad y hay una preocupante confusión entre lo virtual y lo real. Podemos hablar ya de un Síndrome Normopático. La educación está tocando fondo y hace falta un cambio radical”.