Este lunes 11 de septiembre los catalanes han celebrado la Diada, una jornada que ha comenzado con una ofrenda floral ante la estatua de Rafael Casanova y ha terminado con una manifestación por las calles del centro de la Ciudad Condal.

Para unos, los independentistas, esta Diada ha sido un éxito de participación y la mejor forma para lanzar de nuevo un mensaje de participación hacia el referéndum del 1-O. Para otros, se ha convertido en una celebración "excluyente", que era de todos los catalanes y, ahora, es sólo de los que quieren la desconexión con España.

En este ambiente, una vez finalizada la marcha y como viene siendo habitual en casi cualquier manifestación, ha llegado el llamado “baile de cifras”.

Mientras que la Guardia Urbana de Barcelona ha cifrado la participación en la manifestación de la Diada de este 11 de septiembre en casi un millón de personas, fuentes del Gobierno central han rebajado, llamativamente, la cifra.

La Delegación del Gobierno en Cataluña ya ha hecho públicos sus datos de participación asegurando que unas 350.000 personas han salido a las calles del centro de Barcelona. Y el número de manifestantes sigue bajando aún más si miramos los datos ofrecidos por la entidad Sociedad Civil Catalana que deja la participación en 225.000 personas.

De ser así, se trataría de una Diada inundada de independentismo, pero, al mismo tiempo, la menos numerosa desde que la Asamblea Nacional Catalana se encarga de organizar los actos por este día en Cataluña, desde el 2012.

Una diada claramente independentista 

Eso sí, las calles del centro de Barcelona se han llenado de esteladas que han teñido con sus colores las consignas reivindicativas de los asistentes. Entre gritos de “votaremos” e “independencia”, los manifestantes han transcurrido por el paseo de Gracia o la calle Aragó hasta llegar a la Plaza de Cataluña donde se han desplegado los actos y los discursos.

Entre ellos, el del presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, que ha asegurado que "con esta actitud no pueden ni fiscales, ni jueces ni guardias civiles". Ha sido el encargado de dar el pistoletazo de salida a los discursos para afirmar: "A todos los que nos querrían encerrados, hoy les hemos dado una lección de civismo y democracia". Sánchez ha sacado pecho por haber "desafiado las amenazas y el miedo" y por haber ganado.

Antes, sobre las 17:14 horas de este lunes 11 de septiembre, desde los extremos de los cuatro brazos de la manifestación que formaban una cruz, se han desplegado cuatro grandes pancartas que han ido pasando sobre las cabezas de los asistentes hasta llegar al cruce entre paseo de Gràcia y la calle Aragó.

Además, se ha creado una “fila cero” que se ha localizado directamente en la plaza de Catalunya. En ella, se ha podido ver los rostros de representantes y políticos del independentismo como el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; la presidenta del Parlament, Carme Forcadell; o el expresidente Artur Mas.

Una Diada que ha trascurrido con normalidad y que podría haber sido totalmente pacífica si no fuera porque miembros de Arran, las juventudes de la CUP, han organizado una manifestación propia y paralela. En ella, no han dudado en quemar banderas de España, de Francia y hasta de la Unión Europea.


Un recuerdo a las víctimas de los atentados

El momento más emotivo de esta Diada se ha producido al comienzo de la manifestación. Antes de que Barcelona se inundara de pancartas y gritos, ha reinado el silencio.

Los manifestantes catalanes han dedicado un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los atentados yihadistas de La Rambla de Barcelona y Cambrils del pasado 17 de agosto.