Los precios vuelven a caer. En concreto, un 1,2% en tasa interanual. Este proceso se produce pese a la política monetaria expansiva del BCE y al  crecimiento económico. En septiembre, según el avance publicado este martes por Estadística, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) refleja un descenso del 1,2%. O del 0,9%, ambos en tasa anual, si se tiene en cuenta el IPC nacional. Lo llamativo y excepcional es que Septiembre es un mes tradicionalmente inflacionista porque suben los precios, pero este año se ha registrado una tasa del –0,3% respecto al mes de agosto, la mayor caída en 50 años.

El petróleo tira a la baja
El descenso de precios de septiembre se explica por los bajos precios del petróleo y de la electricidad, pero hay un dato preocupante, la inflación subyacente (que excluye a los productos más volátiles de la cesta de la compra: alimentos frescos y energía) se sitúo en agosto en el 0,7% pese a que la economía española estaría creciendo en el tercer trimestre algo por encima del 3% en tasa inter trimestral anualizada.  En 2014, un año en el que la economía creció ligeramente, la inflación subyacente se mantuvo sin cambios (0,0%), mientras que en lo que va de año, según las tablas que publica el Ministerio de Economía, se sitúa en el 0,4%.
Esto significa un descenso relevante de los precios pese a la fuerte política monetaria expansiva del BCE, que tiene como objetivo situar la inflación en el entorno del 2%.Los datos de agosto, sin embargo, apuntan hacia todo lo contrario. Once países de la Unión Europea tienen en estos momentos inflación negativa, mientras que en el conjunto del área euro el IPC anual se sitúa en el 0,1%. Es muy probable que en septiembre se haya vuelto a tasas negativas.

EL BCE tiene un problema: deflación
Los datos de los últimos meses reflejan, especialmente en España, un descenso relevante de los precios pese a la fuerte política monetaria expansiva del BCE, que tiene como objetivo situar la inflación en el entorno del 2%. Para salir de la crisis y salvar a países como España, el BCE ha puesto ingentes cantidades de dinero en le mercado además de tener los tipos de interés casi a cero. El objetivo es estimular el consumo, que la gente compre para que aumente la producción, pero lo precios no paran de bajar.. Once países de la Unión Europea tienen en estos momentos inflación negativa, mientras que en el conjunto del área euro el IPC anual se sitúa en el 0,1%. Es muy probable que en septiembre se haya vuelto a tasas negativas.

El espejo de Japón
Efectivamente se ha reactivado el consumo, los ciudadanos compramos más pero los precios bajan, por lo que la zona euro se encamina a una situación similar a la de Japón, donde llevan 20 años combatiendo el fantasma de la deflación. El BCE ha hecho lo mismo que el banco central japonés, aunque más tarde, pero esas inyecciones de liquidez no han llegado a transmitirse a las economías domésticas, lo que explica la atonía de los precios.

La parte positiva del descenso de la inflación tiene que ver con el aumento de la renta disponible de las familias, que ven como sus ingresos. Pero la parte negativa es que al caer los precios, el precio del dinero sube en términos reales.