Ya lo decía el Maestro Enrique Morente en la primera canción ("Estrella") de su célebre disco Despegando:
"Si yo encontrara la estrella que me guiara,
yo la metería muy dentro de mi pecho y la venerara,
si encontrara la estrella que en el camino me alumbrara"
Pues bien, ya se puede obsequiar una estrella que guíe a la persona elegida por una senda de felicidad, amor y plenitud. Un obsequio que no dejará de brillar jamás, para esa persona especial en la vida de cualquier persona. Incluye las coordenadas exactas del área del firmamento donde se encuentra la estrella, a la cual se le podrá designar el nombre que se desee.
Buscando nuestra verdadera esencia
Ante todo, hay que tratar de diferenciar entre el ente social y el ente esencial. Ambos deben buscar la armonía para que se pueda vivir la vida con un claro propósito, aunque con frecuencia el yo social toma las riendas y nos distancia demasiado de nuestra verdadera esencia. Es entonces cuando tenemos que hallar nuestra estrella, para que nos guíe por ese sendero que nos vuelva a reencontrar con nosotros mismos.
La esencia del yo es la parte más auténtica y espontánea, la que comprende por completo los más sinceros sentimientos, deseos y motivaciones. El ente esencial es fiel a sus prioridades y a sí mismo, y quiere deleitarse y explorar el milagro de la vida en plena libertad. Por tanto, marca los pasos hacia la vida completa, lo que implica una total realización del potencial de cada uno, haciendo que las personas se sientan plenas, puesto que encuentran todo el sentido de su existencia.
El ente social frente al ente esencial
Sin duda, el yo social evoluciona con la influencia de las demás personas, intentando complacerlas y procurando formar parte de un determinado grupo o colectivo. Esta parte social y antropológica del hombre es la que se percata de que determinadas acciones satisfacen a los demás, por lo que se tiende a repetirlas. Cumple un importante cometido, ya que permite convivir en la sociedad de forma adecuada. No obstante, nos aleja de la auténtica referencia, que no es otra que nosotros mismos. Poner demasiado énfasis y atención en las referencias externas, nos puede conducir, inevitablemente, a la desdicha y al desconsuelo. Las comparaciones pueden implicar una insatisfacción constante, y suponen caminar continuamente por obstáculos que, a veces, son insalvables. Si siempre tuviéramos la conformidad con lo que somos, si realmente admitiéramos cada cosa como es, nadie necesitaría compararse con nadie. Esto, obviamente, no quiere decir que se destierre de nuestro yo el ánimo de superarse y progresar.
Todos tenemos una única y genuina estrella
A cualquiera de nosotros nos corresponde una estrella, pero hemos de buscar nuestra integridad personal para que nuestra propia estrella nos ilumine. La única comparación válida y positiva es con uno mismo. Intentar ser mejor que ayer, pero menos que mañana; lograr hacer realidad cada propósito exclusivamente personal; y, en definitiva, trazar tu propio camino sin sombras paralizantes.
De todas maneras, cualquier persona puede conceder una estrella llena de significado a alguien que ama, intentando que conquiste la fe, la cual mueve montañas, de tal modo que sea capaz de lograr que esa esfera estelar permanezca siempre a su lado guiándola y protegiéndola. Cuando entendamos que todo tiene unas características únicas y visualicemos todo con los ojos "limpios", alejados de prejuicios, entenderemos que cualquier imperfección es algo que va camino de la perfección, a través de su estrella personal.
Son numerosos los portales web donde se puede elegir, nombrar y regalar una estrella para esa persona especial, a la que se quiere corresponder con un regalo eterno. Comprarunaestrella.es, Registro Star Online, International Star Registry, entre otras, son algunas de las webs, donde se puede tener la posibilidad de regalar un estrella única y verdadera. Un sensacional obsequio, cuyo destinatario recibirá con toda la documentación relativa a la estrella. En definitiva, se trata de un regalo original y lleno de significado que, no nos cabe la menor duda, sorprenderá gratamente a esa persona que amas. Es una ardua tarea hallar un obsequio imperecedero, estimulante y tan cargado de significado.
