Colas en Gibraltar. Ayuntamiento de La Línea



Federico Trillo, el embajador en Londres nombrado por Rajoy, ha sido convocado por las autoridades británicas con motivo de la nueva crisis diplomática creada en torno a Gibraltar. Todo un récord: es la cuarta vez que ocurre en menos de dos años. La razón ha sido las labores de un barco del Instituto Oceanográfico español en aguas del Peñón “durante tres horas”. Reino Unido lo ha considerado una violación de la soberanía del Peñón y el Gobierno gibraltareño ha denunciado que “el número de incursiones ha aumentado tremendamente desde que el PP llegó al poder: de tres a cinco por día”.

El buque se mantuvo detenido tres horas
El buque español, el Ángeles Alvariño, entró el martes en la tarde en las aguas que rodean el Peñón acompañado por una patrullera de la Guardia Civil. Según han explicado fuentes del Gobierno de Gibraltar a ELPLURAL.COM, las labores del buque se extendieron “durante tres horas”, con lo cual no se trató de “un paso inocente, que habría sido el paso a través de aguas extranjeras, sin parada. En este caso, un barco del Estado español se detuvo en aguas gibraltareñas, sin permiso, de manera ilegal. “La convención de Naciones Unidas sobre el mar regula bastante bien cómo debe ser el paso de barcos por aguas de estados extranjeros”, precisan las mismas fuentes.

Otro barco fondeó durante 20 horas
Hace unos meses pasó lo mismo con “un barco gemelo, que estuvo parado durante 20 horas tomando muestras”. El martes se produjeron en total “cuatro incursiones de embarcaciones españolas”, la del buque Ángeles Alvariño fue una de ellas.

Las incursiones han aumentado de manera significativa
El número de este tipo de incursiones “ha subido tremendamente desde que el PP llegó al poder. Su Gobierno se ha marcado como pauta que se produzcan de tres a cinco incursiones por día. En enero de realizaron un total de 109 incursiones en aguas gibraltareñas por parte de embarcaciones españolas; en febrero, 151; y en marzo, 137”, puntualizan las autoridades del Peñón.

"¿Por qué Verdemar Ecologistas en Acción habla en nombre del Estado español?"
Según algunos medios de comunicación, la ONG Verdermar Ecologistas en Acción, que ha defendido la actuación del barco oceanográfico, ha justificado que el buque se encontraba a “más de tres millas y media del sur de Punta Europa, en Gibraltar, lo que significa que estaba "fuera de las aguas en litigio". A las autoridades del Peñón len resulta “muy extrañas” tales afirmaciones, que no ha hecho ninguna instancia del Estado español. “De dónde Verdemar tiene esta información y por qué habla en nombre del Estado español. Nos parece extraño que venga de un colectivo que ni estaba en el barco ni tiene por qué tener más información que el Estado español”, cuestionan las citadas fuentes, que aclaran que el Gobierno de Gibraltar no está en contra de “las investigaciones”, sino de “las incursiones ilegales” en sus aguas.

El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo.



Los gibraltareños tendrían que bañarse en sus playas con pasaporte
Sobre el litigio de las aguas, las fuentes consultadas por ELPLURAL.COM subrayan que “España lo ve de una manera y el resto del mundo, todos los demás estados del mundo lo ven de otra manera”.

Para el Gobierno de Gibraltar, la “tesis” que defiende el Gobierno de Rajoy “carece de sentido común, porque argumenta que Gibraltar sólo tiene el control de las aguas de su puerto. Si esto fuera verdad, un gibraltareño que se baña en su playa tendría que llevar un pasaporte para poder bañarse. Es un sinsentido. Una situación que no se da en ningún otro litoral del mundo. El dominio sobre el agua adyacente a una costa se deriva del dominio de la propia costa. ¿Es lo lógico, no?”.

El Tratado de Utrecht y los cañones
“El Gobierno español esgrime el Tratado de Utrecht,de 1713, cuando el concepto de aguas territoriales no existía, se daba como hecho que tú dominabas lo que eras capaz de controlar con tus cañones. Es como si dijéramos que Gibraltar no tiene derecho a su espacio aéreo, porque no se concede en aquel tratado. Un argumento ridículo”, explican las fuentes consultadas.

Para Gibraltar, la actuación del Gobierno español no es más que una “provocación”. “Cree que si ejerce una autoridad en las aguas de Gibraltar a diario, debilita la soberanía inglesa de estas aguas, lo que no es así en ningún modo”, aclaran

En 20 años, un embajador español ha sido convocado en siete u ocho ocasiones
La convocatoria del embajador español en Londres, Federico Trillo, refleja, según las mismas fuentes, “la actitud” del Gobierno de Rajoy: “ha batido récord de convocatorias. Es muy raro que ocurra esto. En los últimos años 20 años se llamado al embajador español un total de siete u ocho veces. Trillo ha sido convocado cuatro, en menos de dos años”.

Un castigo
Las autoridades de Gibraltar creen que “las provocaciones” desde España siempre ocurren como “una especie de castigo” y destacan el hecho de que esta última incursión tiene lugar después de que el Parlamento andaluz condenara la situación de la frontera con Gibraltar, con largas colas que impiden el tráfico normal de personas entre España y el Peñón.

¿España no se tomaba en serio su cometido antes del verano de 2013?
Sobre las largas colas, explican las mismas fuentes, “el Gobierno del PP las justifica con que está cumpliendo con su cometido de proteger la frontera con controles exhaustivos, un argumento que no es serio porque si fuera verdad, habría que concluir que el Gobierno español antes de agosto de 2013, cuando comenzaron estos incidentes en la frontera, no se tomaba en serio su cometido. Es un argumento que no se sostiene”.

“Las largas colas”, en opinión de las autoridades del Peñón, “son manufacturadas, son políticas. Sólo hay que mirar las estadísticas: las colas más feroces siempre ocurren el mismo día o el día después de algún incidente, como una especie de castigo”.

Si hay fútbol, no hay colas en la frontera
Como anécdota, las fuentes citadas relatan que tras saltar la noticia del último incidente "las personas que querían salir de Gibraltar hacia España tardaron dos horas. Pero después, curiosamente, la cola se disolvió. España de repente abrió la frontera, sin que hubiera control alguno, como ha sucedido otras veces. Jugaba el Real Madrid y deben haber dicho: ‘nos vamos a ver el partido…’. Las colas son totalmente a capricho, intencionadas”.