Mariano Rajoy se estrenó hoy como presidente en el Debate del Estado de la Nación y su discurso siguió un guión medido: comienzo con el principal problema del país, el paro; acto seguido relató de dónde venimos para culpar de todos los males a la herencia de Zapatero, después relatar los pingües logros -esos gracias a él y a los sacrificios de los ciudadanos-, un par de anuncios económicos (pago del IVA para autónomos y minijobs para jóvenes); y un gran titular: la propuesta de un pacto contra la corrupción. Finalmente una breve referencia al problema territorial catalán para terminar con un par de párrafos vehementes que transmitan fuerza y energía. Básicamente Rajoy no hizo hoy un discurso como presidente dirigido a todos los españoles, hizo un discurso dirigido a su electorado, al que tiene que explicar por qué ha subido los impuestos y por qué es incapaz de crear empleo.

Cuestión de fe
Mariano Rajoy y sus asesores han seguido una estrategia clara: intentar convencer de que sin Mariano Rajoy y el PP España estaría mucho peor. España, sin ellos, estaría quebrada y rescatada totalmente (porque los bancos han sido rescatados). Se preguntó Mariano Rajoy cómo era posible que se hubiera llegado a los 6 millones de parados y de que en apenas dos años se pasara de superávit (aquí no citó a Zapatero, que fue el único presidente de la Democracia que lo tuvo) a un déficit galopante.  Pero ¿podemos creerle los ciudadanos cuando anuncia nuevas medidas una vez que ha tenido que reconocer que no ha cumplido ni una de sus promesas? si ya incumplió (mintió) ¿por qué va a cumplir ahora?.

Serias contradicciones
Todo el argumento de Rajoy es que el país está en la ruina por culpa de la herencia oculta Zapatero, pero no es compatible con la realidad de la hemeroteca, porque siendo líder de la oposición, en el año 2010 ya afirmó que España estaba en la ruina y llegó a asegurar que España estaba intervenida. Lo afirmó en sede parlamentaria. Por tanto Rajoy no puede ahora hacerse el nuevo y decir que no se esperaba una crisis tan dura.

El falso dilema
Esa realidad, lo que decía Rajoy en el Parlamento cuando gobernaba Zapatero tira por tierra su argumento de que tuvo que hacer lo que no quería e incumplir su programa electoral. Falso dilema porque eso significa que el programa electoral del PP o era irreal o estaba hecho sobre  un diagnóstico completamente equivocado. Dicho de otra manera, o mintieron en el programa electoral a sabiendas de que la situación económica no les iba a permitir, por ejemplo, bajar los impuestos, o el equipo de dirigentes del PP no se enteraban de la misa a la media, no veían la prensa española, la extranjera o no sabía lo que se decía en Bruselas, en Londres o en Estados Unidos.

En definitiva, según Rajoy su victoria electoral no se basa en sus méritos y en los del PP, sino en el fracaso del Gobierno de Zapatero y en un programa electoral incumplible y que enterró nada más llegar a La Moncloa. Con estos antecedentes ¿Como creerle ahora sobre sus pronósticos económicos y sus anuncios de reformas?.

Por otra parte escuchar a un líder político como se vanagloria de incumplir su programa electoral "para cumplir con su deber", no deja de producir escalofríos. Es vanagloriarse de haber mentido a los ciudadanos.

Corrupción: al frente de la manifestación
Rajoy y sus asesores han seguido una estrategia de libro en el gravísimo problema de la corrupción: ¿qué hacer cuando el partido que gobierna está sumido en un escándalo sin precedentes que salpica al mismísimo Presidente del Gobierno del que se sospecha que hay cobrado sobre sueldos en dinero negro procedente de 'donativos' empresariales?. Pues lo que hay que hacer es ponerse al frente de la manifestación. Y ponerse al frente es dar el titular y proponer un pacto contra la corrupción. Sólo hay un pequeño problema ¿Cómo creerle si Bárcenas fue tesorero del PP durante casi 20 años? ¿Cómo creerle cuando fue el propio Rajoy quien ascendió a Bárcenas de gerente a tesorero nacional en 2008?, ¿cómo creerle si el PP ha mentido al afirmar que Bárcenas no tenía relación alguna con el partido desde el 2009 y se ha descubierto que le pagaban un sueldazo hasta hace mes y medio? ¿Cómo creerle cuando el PP aún no ha explicado si sigue pagando a Bárcenas y por qué?

Que destituya a Ana Mato y explique el caso Bárcenas
Si Rajoy quiere ser creíble en su lucha contra la corrupción tiene que hacer algo más que dar un discurso: destituir a la ministra de Sanidad, Ana Mato, salpicada por los 'regalos' de la trama Gürtel y que además mintió sobre la relación con su ex marido, el imputado Jesús Sepúlveda, y dar instrucciones al PP para que explique de una vez las siguientes cuestiones:

1.- ¿Por qué el PP pagó un sueldo (200.000 euros al año) y la seguridad social a Bárcenas hasta diciembre pasado cuando dijeron que no tenía relación con el partido desde el año 2009?

2.-¿Por qué Bárcenas tenía despacho y secretaria en la sede del PP hasta hace unas semanas?

3.- ¿Por qué tenía coche oficial y chófer cuando ya estaba imputado y cuando había dimitido como tesorero y senador en el 2010?

4.- ¿Son reales o no los papeles de Bárcenas en los que parecen los sobresueldos pagados en dinero negro a la cúpula del PP?

5.- ¿Puede dar lecciones sobre corrupción un partido cuyo tesorero tenía 22 millones de euros en una cuenta en Suiza para no pagar impuestos en España?

En definitiva, Rajoy ha dicho que él no tiene la culpa de lo malo porque eso es la herencia recibida, que lo poco bueno sí es mérito de él, que la corrupción le “repugna” y no está dispuesto a que manche la imagen de España aunque no toma medidas. Y por supuesto de la privatización de la Sanidad, de una reforma educativa que vuelve a poner la asignatura de religión como evaluable, de unos impuestos judiciales que acaban con la Justicia gratuita y de una reforma de la Ley del aborto que nos equipara a países ultra católicos como Malta e Irlanda, nada de nada.