Ayer salió en la portada de El Mundo con estos titulares: “Autogol de Wert: ´Tenemos un problema con el dopaje`. Y añadió el periódico citado: “Mientras Rajoy defendía a los campeones de la Davis, el ministro alimentaba la campaña contra nuestros deportistas”.

Manipulaciones
También se equivocó de medio a medio tratando de justificar el Diccionario Biográfico de la Real Academia Española. Está repleto de manipulaciones, como la que define al general Franco como un gobernante autoritario, pero no  totalitario.

No a “la censura estatal”
Las descripciones aportadas a ese Diccionario tienden a ser todas ellas benévolas con la derecha y muy duras con la izquierda. Wert, preguntado sobre este asunto en su calidad de ministro de Educación y Cultura, manifestó que rechazaba “la censura estatal”.

Párrafos trucados
Y agregó: “No hay nada más contradictorio que un “intervencionismo estatal (…)” o una “censura estatal” al  trabajo de “las academias”. Wert es un  tramposo, capaz de leer –como hizo desde la SER- párrafos trucados de Educación para la Ciudadanía, implantada por el Gobierno Zapatero y eso con el fin de legitimar su derogación.

Los historiadores revisionistas
El ministro Wert confundió el otro día -de forma deliberada- la “censura estatal” con el derecho a la veracidad histórica, pisoteada por  historiadores revisionistas, conocidos defensores del franquismo y, en general, de la derecha conservadora y en absoluto civilizada.

El director de la Real Academia de la Historia
La Real Academia de la Historia la dirige Gonzalo Anes y Álvarez de Castrillón, marqués de Castrillón, quien cuando en el verano pasado surgió la polémica sobre el aludido Diccionario, declaró: “Aquí no estamos para censurar a nadie”. Pero sí están, señor marqués, para ejercer la manipulación histórica, favorable en todo caso a  totalitarismos y dictaduras. Basta con leer el Diccionario Biográfico.

Casi seis millones de euros
Wert ha pasado de puntillas por encima de los fondos públicos destinados a financiar a la Real Academia de la Historia en el proyecto del Diccionario Biográfico. Casi seis millones de euros fueron trasvasados del Gobierno Aznar –en 1996/7- a la mencionada Academia, siendo ministra de Educación entonces Esperanza Aguirre.

No son censores
Nada que decir, si esa obra  hubiera ofrecido contenidos ajustados a la verdad histórica. Pero no ha sido así. Lo que han hecho ustedes, señor  marqués de Castrillón y señor Wert -uno director del tinglado y el otro, ministro de los errores- es que sea la zorra la que guarde el gallinero. Y que haga lo que quiera. Ni Castrillón ni Wert  son censores. Son palmeros del franquismo.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM