La chirigota en la que Carles Puigdemont se enfrenta a la picota y al hacha del verdugo no ha sido bien vista entre muchos catalanes, sobre todo entre aquellos a favor de la independencia. A pesar de que uno de los tuiteros que la ha difundido señalaba que era una sátira contra el artículo 155, muchos catalanes se han sentido humillados y no comparten esa visión crítica.
Que gracieta humillar a los catalanes, eh?
— SergiGP (@SergiGP) 11 de enero de 2018
Como catalan y como persona creo en el humor, veo q la chirigota se puede interpretar de diferentes maneras, igual es era la intención de los autores polemizar y hacer pensar a los espectadores.
— Daniel (@liniesvermelles) 11 de enero de 2018
Respeto su trabajo, aunque dudo de q algo asi se dejara hacer en Catalunya
No creo que se utilice para el odio. Más bien dan penita. Si ellos son felices con su ignorancia, para que cortarles el rollo? Viva la España inculta e ignorante!!!
— Miq-El (@_MiquelL_) 11 de enero de 2018
Algunos señalan al hecho de que el alguacil que dirigía la sentencia preguntase al público, incitando a que no concedieran clemencia a los Puigdemont condenados.
No, no es cierto. La lectura de esta chirigota es transparente. El pueblo NO salva a Puigdemont. El pregonero repite la pregunta, enfatizando el NOO. La comparsa ya anticipaba la respuesta. Esta otra chirogota sexista es de lOS mismOS https://t.co/saOGQKbatC
— Celso Alvarez Cáccamo (@CelsoACaccamo) 11 de enero de 2018
Lo que se critica no es lo que hace esta chirigota, se critica que ellos puedan hacerlo y en otros lugares es impensable, lo de dejar que el público decida si matar a Puigdemont o no nada tiene que ver con criticar el 155
— Nineta (@cynicspunk) 11 de enero de 2018
En lo que hay bastante coincidencia es en comparar la situación de los profesores de Sant Andreu que han sido denunciados por hablar en clase del 1-O y de la represión policial.
Si Jonathan, pero el problema es que aquí ni unos profesores pueden hacer un debate ordenado sobre un tema de actualidad, no te hablo ya de tirititeros, raperos, y cualquier libertad de expresión. El problema no es Cádiz, es el estado.
— Xavi P (@xpm_666) 11 de enero de 2018
Y no veo a toda esa espanya que defiende una chirigota, defender a nuestros profesores, bomberos... Igual habrá que hacer chistes, no se.
— Luisa Lanas: PP en liquidació (@maitelaprincesa) 11 de enero de 2018
Y en Euskal Herria hay personas imputadas, encarceladas y torturadas por no sabemos qué. Pásate por Cádiz en carnavales, te sentará bien.
— Jonathan Martínez (@jonathanmartinz) 11 de enero de 2018
Y también los hay que critican a la chirigota, pero al mismo tiempo defienden que prohibir o penalizar estas sátiras no es el camino.
No queremos que se condenen las chirigotas, al revés, aunque sean de mal gusto para alguien porque no siempre son al gusto de todos, nos jode que nosotros no podamos hacer lo mismo sin tener a todo un Estado imputando por respirar.
— Bernat Castro (@Berlustinho) 11 de enero de 2018
Cádiz es de las zonas del sur más abiertas políticamente hablando si comparamos con otras provincias, yo me cabrearé con alguna tradición puntual porque me jode ver a KRLS denigrado, pero prohibir o generalizar no. https://t.co/yqHhz2aBuK
— Bernat Castro (@Berlustinho) 11 de enero de 2018