El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco ya está en marcha desde este miércoles, y son muchas las voces expertas que dan su visión sobre el procedimiento o para contar anécdotas. Ha sido el caso de la monja argentina Sor Lucía Caram, que ha conectado con Todo Es Mentira para contar una historia relacionada con Bergoglio, con quien mantuvo una profunda amistad durante años.

La monja ha rememorado una charla que tuvieron en la residencia de Santa Marta, en relación al futuro de la Iglesia y sus posibles sucesores. "Estábamos un día en Santa Marta y hacíamos bromas de quién sería su sucesor porque sabíamos que había curas que querían que el papa se muriera, le contó alguien, y él se rio mucho porque ya conocía la anécdota de Parolín", ha arrancado.

"Parolín, cuando era pequeño, dice que jugaba a decir misas y aspiraba a ser sacerdote y el papa dijo: 'No aspiraba a ser sacerdote, me dijeron que quería ser papa'. Otro dijo: 'Sí, y le conocían como Papolín', y dijo: 'Bueno, a ver si su sueño se hace realidad", ha narrado la religiosa.

Con el cónclave ya echado a andar para conocer al nuevo papa, Caram ha trasladado su deseo de que la senda que se tome en la Iglesia sea continuista con el progresismo encarnado por Francisco. "Esperemos que tengamos una fumata blanca, sin humos tóxicos y que nos devuelva la esperanza que abrió Francisco, con su profetismo, su libertad, su humanismo y su capacidad para acercarse a la gente. Creo que no es tan difícil ser normal, el problema es que nos hemos acostumbrado a la anormalidad y viviendo una espiritualidad tan desencarnada que era muy difícil reconocer el Evangelio", ha zanjado.

El cónclave y los secretos de su seguridad

Los avances tecnológicos se han convertido en un aliado clave de la seguridad de la votación más secreta del mundo. Con 650 cámaras de vigilancia repartidas por todo el territorio, ciberseguridad, blindaje digital y seguridad física de los agentes del cuerpo de la Gendarmería de la Ciudad del Vaticano y de la Guardia Suiza Pontificia, el cerrojazo es absoluto para evitar el contacto exterior.

Estas novedades han surgido por los recientes cambios que están viviendo los cónclaves del siglo XXI, enfrentándose a diversos desafíos tecnológicos en medio del creciente uso de la inteligencia artificial, los drones, los satélites, la desinformación en las redes sociales, e incluso los ciberataques.

Sin embargo, la seguridad física tampoco va a desaparecer, ya que antes de cada votación, los cardenales serán registrados hasta dos veces para garantizar que no dispongan de dispositivos electrónicos ocultos. Todos los móviles, tabletas y ordenadores serán retirados al inicio del cónclave y no podrán recuperarse hasta que se anuncie la elección del nuevo pontífice con la tradicional fumata blanca. A su vez, las ventanas de la Capilla Sixtina han sido cubiertas temporalmente para bloquear la visión de drones o cámaras láser, y toda señal de telefonía móvil será anulada con inhibidores de frecuencia que crean un vacío digital impenetrable. 

El personal autorizado también ha sido sometido a medidas extraordinarias, jurando que renunciarán a "utilizar cualquier medio de grabación, audición o visualización de cualquier cosa que tenga lugar en la Ciudad del Vaticano durante el período electoral y, en particular, de cualquier cosa que esté relacionada directa o indirectamente con las operaciones conectadas con la elección misma".

Súmate a El Plural

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio