A El Hormiguero le ha salido un fortísimo competidor en el access prime time con el nacimiento de La Revuelta de la mano de David Broncano y La 1. Después de meses de cábalas sobre cómo se llamaría el programa, cómo sería el formato, a qué hora se emitiría y un sinfín de interrogantes más, este lunes se salió por completo de dudas: nombre, formato, protagonistas, estructura y lógicas muy similares a las de La Resistencia, con los matices y adaptaciones necesarias que requiere la televisión pública. Otra gran incógnita que estaba sobre la mesa era si podría amenazar el reinado de Pablo Motos en su franja, y tras la primera semana de emisión, la respuesta es clara: es muy posible. Estos programas tienen algunas similitudes, pero lo que tienen principalmente es diferencias. En forma, en contenido, en mensaje, en producción, e incluso en objetivos. Los analizamos en este artículo.
La primera gran diferencia entre ambos formatos es la longevidad, como es evidente. La Revuelta acaba de nacer, aunque sea en cierto modo una prolongación de La Resistencia, que se estrenó el 1 de febrero de 2018. El Hormiguero, por su parte, acumula ya 18 años en emisión tras su estreno el 24 de septiembre de 2006, lo que le confiere una fuerte ventaja en cuanto a fidelización de espectadores televisivos. Sin embargo, el reciente nacimiento del programa de Broncano no ha sido un impedimento para registrar grandes datos de audiencia en su primera semana, tanto es así que ha llegado a quedar por delante del formato de Motos en coincidencia directa el martes y el miércoles.
Otro punto a tener en cuenta en el que ambos programas disciernen es en su target. Mientras que La Revuelta ha sido pensada para atraer a un público joven, el perfil del espectador de El Hormiguero es diferente, cercando más bien la mediana edad y acostumbrado a ver el programa de manera recurrente. El formato de Broncano también ha registrado buenos números gracias, en parte, a la curiosidad que genera una novedad tan grande, y está por ver si consolida sus datos en el medio y largo plazo. Por otra parte, un elemento que le da mucho tirón a El Hormiguero es la fama de sus invitados: artistas, celebridades, actores, futbolistas, políticos y todo tipo de personas con gran renombre han pasado por su plató, atrayendo a sus millones de seguidores para asistir a lo que tuvieran que responderle a Pablo Motos. La Revuelta, por contra, en su primera semana, ha llevado a un surfista ciego, un escritor y un antropólogo, perfiles que atestiguan más una intención de dar un servicio público que una necesidad de atracción de audiencia a toda costa.
La figura de Pablo Motos y sus controversias
Otra de las razones que pueden explicar el éxito de La Revuelta es que la imagen de Pablo Motos se ha deteriorado significativamente en los últimos años por varias razones. Las dos más acuciantes son sus comentarios y actitudes machistas y el viraje del programa que presenta hacia líneas muy escoradas a la derecha política. El aire fresco que proporciona cualquier alternativa a lo establecido es un elemento clave para La Revuelta, cuyos primeros espectadores pueden huir de Pablo Motos al mismo tiempo que consumen un nuevo formato de entretenimiento.
Del conductor de El Hormiguero también se ha dicho, por parte de numerosos periodistas, cómicos y otros perfiles, que su equipo hace llamadas si se hacen comentarios, bromas o valoraciones que no le gustan, siendo incapaz de aceptar algunas críticas. En el mismo sentido, Motos también se ha quejado a veces de que con el estado actual de la sociedad, "no se puede decir nada porque la gente se ofende enseguida", contradiciéndose con sus propias llamadas y, además, haciéndolo en el programa más visto del prime time español. Todos estos motivos han motivado un desapego en parte de su audiencia.
Líneas editoriales muy distintas
Aunque estemos hablando de programas de entretenimiento, no puede pasarse por alto el poder de la comunicación mediante estos formatos para hacer calar ideas políticas y opiniones valiéndose de un entorno más distendido del que podría haber en una tertulia política.
Como se ha expuesto anteriormente, El Hormiguero ha dado un giro de timón muy contundente hacia la derecha en los últimos años, que se ha notado tanto en los invitados, como en los gags cómicos del formato, como en la actitud de Pablo Motos y sus colaboradores. Podría decirse que El Hormiguero establece una zona de confort para el votante neoliberal y conservador, mientras que La Revuelta opta por una aproximación a la política más distendida y satírica, pretendiendo a aquellos telespectadores de corte más moderado con un humor más blando que el que reinaba en La Resistencia.
En La Revuelta y El Hormiguero encontramos dos modelos diametralmente opuestos de hacer televisión, dos personalidades muy distintas y dos programas con contenidos a ofrecer que poco tienen que ver con los de la competencia. Sea como fuere, y pese (o gracias a) sus múltiples diferencias, se ha creado una suerte de rivalidad con Broncano y Motos como protagonistas, y tras el primer asalto semanal, la cosa no puede estar más igualada:
- Lunes, 9 de septiembre. La Revuelta se estrenó con un 17,1% de cuota y 2.152.000 espectadores: no lideró frente a Pabo Motos.
- Martes, 10 de septiembre. La Revuelta consiguió un 17,4% de cuota y 2.127.000 seguidores: lideró en coincidencia contra El Hormiguero y mejoró +0,3 puntos.
- Miércoles, 11 de septiembre. La Revuelta firmó un 19,9% de cuota y 2.548.000 espectadores: superó en coincidencia a Pablo Motos y creció +2,5 puntos.
- Jueves, 12 de septiembre. La Revuelta cerró la semana con un 19,2% de cuota y 2.601.000 espectadores: quedó por detrás de El Hormiguero en coincidencia y descendió -0,7 puntos.