El Grupo Prisa vive su particular terremoto interno. Joseph Oughourlian, presidente del conglomerado mediático, ha decidido dar un giro radical a la dirección de la compañía en un movimiento que ha evidenciado las tensiones en el seno del consejo de administración. La salida de Carlos Núñez como presidente de Prisa Media es solo la primera ficha en perder su posición en el tablero de una partida que acaba de arrancar.
El consejo de administración de Prisa, reunido de urgencia este miércoles, 26 de febrero, ha aceptado la dimisión de Núñez, según ha comunicado la propia compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). "El consejo agradece al Sr. Núñez su dedicación, destacada aportación y profesionalidad durante el desempeño del cargo", señala el comunicado oficial. Pero tras esta aparente cordialidad, todo apunta a que la aparente calma se ha convertido en una especie de guerra civil interna.
La dimisión de Núñez puede no ser simplemente un hecho aislado. Tras la comunicación oficial de esta decisión, todas las miradas apuntan hacia la figura de José Miguel Contreras, actual director de contenidos de Prisa Media; y es que Fran Llorente, hasta ahora responsable del área de vídeo, ya ha sido cesado. Así lo publica Invertia, citando fuentes que señalan la posibilidad de que el profesional sea otro de los nombres que se añadan a esta lista de bajas.
Un consejo de administración en batalla
El control de la cúpula directiva se ha convertido en el gran campo de batalla dentro de Prisa. En paralelo a la salida de Núñez, el consejo de administración ha aprobado la reducción de sus miembros de 15 a 11, un movimiento que podría dejar fuera a consejeros clave que incluso ostentan un porcentaje en el accionariado del grupo. Con la disminución de puestos en la dirección, el umbral mínimo para tener un representante en el consejo aumenta al 9,1%, lo que podría significar la expulsión de miembros clave afines al PSOE como Andrés Varela Entrecanales: este representa al 7%.

Esta medida puede interpretarse como un paso más de Oughourlian para afianzar su poder en Prisa y apartar a aquellos consejeros que podrían cuestionar su liderazgo. La Comisión de Nombramientos, Retribuciones y Gobierno Corporativo se ha encargado de analizar la idoneidad de los actuales miembros del consejo, mientras que los ceses apuntan a la configuración de una cúpula afín a los preceptos del actual presidente del conglomerado. Con las dos salidas planteadas, todavía restan otras dos para cumplir con la reducción de miembros prevista.
¿Tiene algo que ver la televisión en esta situación?
Posiblemente. El conflicto ha estallado en Prisa tras la votación en el consejo sobre si el grupo debía o no seguir adelante con un proyecto para optar a la nueva licencia de televisión. La propuesta, defendida por Núñez y Contreras con el respaldo de distintos inversores, fue rechazada de manera contundente, evidenciando la fractura interna.
El rechazo del proyecto televisivo puede haberse convertido en esa gota que ha colmado el vaso. La tensión se hizo pública cuando Oughourlian criticó abiertamente en Expansión el proyecto presentado por Núñez, quien tenía la intención de optar a la licencia antes referida. Según se publicó de manera oficial, la propuesta "no ofrecía garantías al consejo, al nacer con una financiación de solo 20 millones". También se recalcó la falta de "apoyos" para continuar, remarcando que no parecía "estar sustentado en unas espaldas sólidas".
Antes de que se produjesen los ceses en cuestión, el presidente de Prisa se pronunció abiertamente: "Si el proyecto no va adelante, la gente que estuvo empujando mucho por ese proyecto dentro de la compañía, les reubicamos y que se conformen con buscarse otro proyecto, o creo que no tienen sitio dentro de la compañía". Con este escenario sobre la mesa, cualquier medida puede esperarse en el seno del conglomerado mediático. ¿Se trasladará la tensión a otras cabeceras como la Cadena Ser o el diario El País?
Las próximas horas serán clave
A juzgar por lo publicado recientemente y por la hemeroteca, el enfrentamiento entre Oughourlian y otros sectores de la cúpula parece evidente. El presidente de Prisa ha dejado claro que no está dispuesto a ceder y que seguirá adelante con su hoja de ruta para transformar el grupo según sus propios criterios. La guerra civil en el gigante mediático está en marcha y las próximas horas serán clave para definir el futuro del grupo de medios.