El minuto heroico, "la primera batalla del día". El propio fundador del Opus Dei, Josemaría Escrivá de Balaguer, lo definió de la siguiente manera en su obra Camino (1934): "Es la hora, en punto, de levantarte. Sin vacilación: un pensamiento sobrenatural y… ¡arriba! —El minuto heroico: ahí tienes una mortificación que fortalece tu voluntad y no debilita tu naturaleza". Nueve décadas después, este término cobra una nueva significación.

Mònica Terribas y 13 mujeres que lograron salir de la institución lo han convertido en una pieza audiovisual que no es otra cosa que el grito de tantas que vivieron bajo el yugo de la Obra, que sufrieron en silencio el dolor del cilicio y que pretenden la reparación de unas heridas que siguen abiertas. Ellas sí que pudieron escapar del aislamiento y la pérdida de identidad; la distancia les permitió recuperarse psicológicamente y sentirse fuertes para contar su historia. Trece mujeres, de distintas edades, estratos sociales e, incluso, continentes que, sin embargo, vivieron el mismo trato abusivo laboral, psicológico y espiritual. Marina, Belén, María Elena, Claudine, Raquel, Alicia, Marta, Cecilia, Teena, Agustina, María Isabel, María Fátima son las voces de El Minuto Heroico: Yo dejé el Opus Dei -serie documental disponible en MAX y producida por Mediapro- pero, tras ellas, se encuentran muchas más. 

"Lo que pretende es reparar, subsanar, y que las prácticas que se cuentan no se repitan jamás", dice Terribas, creadora y directora del título. La catalana trabajaba en Mediapro Studios -productora a cargo de la serie- cuando recibió el mail de una persona que quería contarle su paso por el Opus Dei, donde había permanecido como numeraria durante más de 20 años. Tras un primer encuentro cara a cara, Mònica empezó una exhaustiva investigación, poniéndose en contacto también con otras mujeres. De esta manera pudo darse cuenta de que esta voz solo era el eco de muchas: "Quería comprobar que todo lo que ellas me contaban se repetía aunque habláramos con alguien que estuviera al otro lado del Atlántico. La manera de comportarse de la institución era la misma y para mí eso era crucial, porque es lo que prueba que actúa sistemáticamente".

El minuto heroico narra a través del testimonio directo de 13 mujeres cuál es la realidad y cuáles son las condiciones de servir al Opus Dei, bien como numerarias, numerarias auxiliares o agregadas. Uno de estos relatos es el de Marina Pereda (Agregada en España e Inglaterra de 2003 a 2014). Nacida en una familia ya vinculada a la institución, la burgalesa ingresó con 14 años y medio (edad fomentada desde dentro para iniciar la vinculación): "Empiezo a ir al Club donde los supernumerarios llevan a sus hijos y comienza la 'dirección espiritual'. Te van preguntando si rezas o no, por qué no vas haciendo el minuto heroico porque es muy bueno, etc. Hasta que un día cae la bomba y te preguntan si te has planteado ingresar".

A partir de ese momento comienza lo que Pereda define como una "carrera contrarreloj" en la que te instan a "tomar una decisión cuanto antes". Tras darles el 'sí, quiero', llega el momento de escribir una carta dictada por una numeraria en la que se solicita al Papa la admisión en el Opus Dei. Solo en ese instante puedes comunicárselo a tus padres, nunca antes, de manera que no puedan interferir en la decisión.

Marina permaneció una década en el seno de la Obra, hasta que una "crisis absoluta" le hizo abandonar a los 24 años. Los altos niveles de ansiedad y estrés, que "claramente" asocia a día de hoy como una "depresión", le hicieron recurrir a una psicóloga externa, aunque desde el Opus insistieron en que fuese un profesional ligado a la institución. "Cuando estás dentro no pones nombre a lo que estás viviendo allí, tu mente lo tiene bloqueado. Cuando te llega una información negativa del Opus lo que haces es rebotarla, necesitas proteger esa identidad y la vida que te has construido".

Por eso, Pereda y las otras 12 mujeres buscan generar ese espacio seguro, y tan necesario, para que las que han logrado salir puedan "hablar y empezar a encajar la experiencia ahora que tiene recursos emocionales y psicológicas para hacerlo". "Lo ideal es que este documental venga seguido de una reparación social y económica, en los casos que correspondan y se puedan demostrar ,y que se repartan las responsabilidades, tanto en la sociedad como en la Iglesia porque esto se ha permitido durante décadas y décadas. Lo hemos permitido todos, entonces habría que repararlo entre todos", afirma la burgalesa.

Del "culto total a Escrivá de Balaguer" al "irás al infierno" como control

Mònica Terribas recuerda la siguiente frase de una de las numerarias que aparecen en la serie: "Lo que hacía Escrivá era corregir a Dios". Tal y como recuerda la directora, en la doctrina católica se reconoce el libre albedrío de los hombres, por lo que "nacemos libres para tomar decisiones, aunque luego puedan ser erróneas o no". Sin embargo, "lo que hace el Opus, Josémaría, es corregir a Dios: 'No, no, libertad no, tiene que hacer todo esto y todo esto no. Y a partir de ahí, él es más importante que Dios".

La propia Pereda confirma este "culto total" a la figura del fundador de la Obra, que se ve reflejado en las biografías "edulcoradas" del sacerdote -las únicas autorizadas a leer- o los rezos en su nombre. "Hay un ensalzamiento de su figura y cualquier numerario conoce muchísimo más los detalles de su vida que de cualquier otra cosa de la iglesia. Todo gira en torno a él", cuenta la exagregada. Es más, pese a que el Opus forma parte de la Iglesia, los fundamentos de la institución van por encima de todo: "Tienes una doctrina católica porque el Opus está dentro de la Iglesia, pero en la praxis esto es lo que supone el abuso de conciencia o espiritual. Cuando te cuentan que lo que dice el fundador es como si viniera de Dios, ahí es donde empiezas a tener un conflicto de conciencia entre lo que tú crees que es el catolicismo y te han enseñado en la teoría, y lo que ves en la práctica". 

Y dentro de esta práctica, las mujeres quedan totalmente aisladas, víctimas del "abuso espiritual" que denuncia El minuto heroico: "No es un documental con la fe o la Iglesia, es contra las malas prácticas en nombre de Dios, con el abuso que eso supone", afirma Terribas. Tal y como relata Marina, se ponen en marcha distintos "mecanismos de control" para que "te vayas amoldando a la doctrina" y con los que te "vas encorsetando".

"Hay amenazas, por supuesto, y miedo explícito, pero también cosas implícitas que se quedan atrapadas en tu mente", recuerda la burgalesa, que compara lo vivido dentro del Opus con una "relación de maltrato o tóxica". A las frases "te irás al infierno" o "te vas a morir" se le suman toda una serie de estrategias sibilinas y mucho más silenciosas que van condicionando a las mujeres como la piedra que se erosiona gota a gota: "Lo que te van diciendo indirectamente durante años eso es lo que pesa y lo que irracionalmente has absorbido y tienes que reestructurar en terapia. De pronto, te pasa algo malo y piensas: ‘Dios me está castigando".

Ni "transparencia" ni verdad: el Opus niega la versión de Mònica Terribas

A raíz de la publicación de los dos primeros episodios en Max -los dos últimos llegan este 14 de febrero-, el Opus Dei emitía un comunicado en el que pedía perdón por los hechos relatados por estas 13 mujeres, aunque negaba "categóricamente" que jamás ha existido "reclutamiento" no informado o forzado, "trata" ni "reducción a la servidumbre", o un "sistema abusivo" para manipular a las personas. La Obra asegura que "son una descontextualización de la formación o la vocación que eligieron libremente algunas mujeres" y acusa al documental de "presentar al Opus, de manera sesgada, como una organización de personas malvadas cuya motivación es hacer daño".

La directora de la serie intentó quiso tener la participación de la institución una vez que contaba con el material en vídeo, algo a lo que nunca accedieron. Sin embargo, en dicho comunicado afirman que "solamente una vez que la serie estaba cerrada, la productora solicitó la intervención del Prelado u otra persona autorizada en su lugar". Además, justifican su negativa con que algunas de las "condiciones" no eran las "habituales", como que los plazos eran "inviables"

Mònica Terribas desmiente totalmente estas afirmaciones: "Cuando tuve grabadas en cámara a bastantes de ellas me puse en contacto con la Prelatura del Opus, que es el máximo órgano que dirige la institución en todo el mundo, con una carta certificada para que hubiera acuse de recibo. Yo les ofrecí ir a Roma en cualquier momento con las entrevistas de las 13 y que ellos vieran lo que decían y que el el Prelado contestara. Esto es derecho de réplica directo y no un ‘vengo a saber tu opinión'. Este contacto se produjo a finales de mayo y les di de tiempo hasta finales de septiembre, está documentado, los equipos legales de Max y Mediapro tienen los mails que hemos intercambiado".

Al margen, la directora lanza una pregunta clave en todo este proceso: "Ellos dicen que ya conocían algunos de estos testimonios, lo que me parece más alarmante porque reconocen saber experiencias de este tipo que nunca han publicado en sus páginas. Si los conocíais, ¿qué habéis estado haciendo los últimos 30 años?". 

En línea con esta idea, en un momento determinado del documental, Marina Pereda hace referencia a la "transparencia" de la institución; sobre lo que también se pronuncia la creadora del título: "Si realmente el Opus es una institución transparente y lo ha hecho todo niquelado y perfecto, y es fantástica, ¿por qué no se dice abiertamente ‘yo soy miembro del Opus Dei'?". La Obra asegura que, actualmente, está integrada por unas 93.600 personas, pero todavía existe todo un halo de misterio a su alrededor.

Entre los 'mitos' que siempre han existido en la sociedad en torno al Opus Dei está el de que se encuentra infiltrado en la élite del poder a través de muchos de sus miembros. Por ello, Pereda habla del "derecho de los ciudadanos a conocer qué figuras públicas, como jueces, abogados, ministros forman parte de él para saber si puede haber conflictos de intereses".