Lola Herrera no necesita alzar la voz para dejar huella. A sus 88 años, con una carrera que ha cruzado generaciones y una trayectoria marcada por su carrera artística y el compromiso social, la actriz ha vuelto a alzar su voz. Esta vez no desde un escenario, sino desde la televisión pública, donde participó recientemente en el programa La noche en 24 horas de TVE.
Allí, con la serenidad que da la experiencia, lanzó una reflexión incómoda que ha resonado en medios y redes sociales: “¿Por qué votan a Vox las mujeres? Votan contra ellas mismas, contra sus propios derechos”.
Una frase breve, pero demoledora. Porque en ella se condensa el desconcierto —y la indignación— ante el avance de discursos reaccionarios que niegan, minimizan o directamente atacan las conquistas feministas. Pero también, la profunda tristeza de ver cómo parte del electorado femenino decide entregar su voto a quienes abiertamente cuestionan la igualdad de género, la existencia de la violencia machista o el papel del Estado en la protección de los derechos sociales.
Herrera no es nueva en esto. No es la primera vez que se pronuncia contra la ultraderecha ni contra Vox. En 2023, al recibir la Menina de Honor por su compromiso con la lucha contra la violencia de género, ya se preguntaba en voz alta cómo era posible que tantas mujeres apoyaran a un partido que “va en contra de todos sus derechos”. Pero sus palabras de ahora, pronunciadas en un contexto político cada vez más polarizado, adquieren una resonancia distinta.
La actriz fue más allá y mostró su preocupación por el auge internacional de líderes populistas y autoritarios como Donald Trump, Javier Milei o Jair Bolsonaro. “Me parece trágico que se vote a personajes como estos”, afirmó. Y no hablaba solo desde el miedo, sino desde la memoria: desde la conciencia de quien ha vivido la dictadura franquista, la Transición y las luchas feministas de las últimas décadas.
Lo que está en juego, advierte Herrera, no es solo un modelo político, sino los propios cimientos de la democracia. Porque cuando las instituciones cuestionan la violencia de género, cuando se censuran contenidos educativos que promueven la igualdad o se recortan políticas públicas para mujeres, no estamos ante simples diferencias ideológicas: estamos asistiendo al desmontaje de un marco de derechos básicos.
Su reflexión interpela directamente a muchas mujeres que, en pleno siglo XXI, han sido seducidas por los mensajes de “libertad” y “seguridad” que enarbolan ciertos sectores de la derecha más dura. ¿Qué libertad puede existir en un modelo que invisibiliza la violencia estructural contra las mujeres? ¿Qué seguridad puede ofrecer quien niega la realidad de miles de víctimas?
La voz de Lola Herrera no es una voz cualquiera. Habla desde el arte, desde la experiencia y desde una coherencia vital que no se negocia. Su figura representa no solo a una generación que luchó por abrir caminos, sino también a quienes hoy exigen que esos caminos no se cierren.
Y en tiempos en los que el ruido mediático lo enturbia todo, su mensaje suena como un recordatorio claro y rotundo: el feminismo no es un capricho ni una moda, sino una necesidad democrática. Y votar contra él, como bien dice Herrera, es votar contra una misma.
¿Quién es Lola Herrera?
Lola Herrera en los 'Premios Club de las 25'. EP.
María Dolores Herrera Arranz, conocida artísticamente como Lola Herrera, nació el 30 de junio de 1935 en Valladolid, España. Su carrera artística comenzó en el ámbito musical, pero a mediados de los años cincuenta se trasladó a Madrid para iniciar su trayectoria como actriz. Debutó en el cine con la película El pórtico de la gloria en 1953. A lo largo de su extensa carrera, ha participado en numerosas producciones teatrales y televisivas.
Uno de sus papeles más emblemáticos es el de Carmen Sotillo en la obra Cinco horas con Mario, basada en la novela de Miguel Delibes, que interpretó por primera vez en 1979 y que ha retomado en diversas ocasiones. Además de su labor en el teatro, Lola Herrera ha participado en series de televisión como Un paso adelante, donde interpretó a la directora de una escuela de artes escénicas. Su contribución al mundo de las artes ha sido reconocida con galardones como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 1999 y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo en 2006.