La familia de la tele lleva en antena una semana, y aunque las cuotas de audiencia no están siendo buenas y hay sectores en RTVE que critican a este nuevo programa, también hay defensores y quienes piden darle una oportunidad. No es el único programa que ha comenzado su andadura en la televisión con cuotas bajas de audiencia, aquí encontramos otros espacios como El diario de Jorge o Todo Es Mentira.

En este marco, el humorista Gus Hernández ha escrito un tajante artículo de opinión en 20 minutos en el que afirma sin rodeos que le “gusta” La familia de la tele.

Así, Hernández explica que confunden a este nuevo programa de las tardes de La 1 con un “servicio viejo, desfasado, aburrido o servicio a sus propios gustos y costumbres”. También hace referencia al comunicado de antiguos trabajadores de la cadena en el que muestran que este programa “puede suponer un perjuicio para la imagen de la televisión pública” y que “sus contenidos, su tono y lo que representan algunos de sus colaboradores no cumple los mínimos de calidad y principios exigibles a un medio obligado siempre al servicio público”.

Y es por ello que afirma que quienes critican al programa por estas cosas lo hacen sin haberse visto el programa o habiéndolo hecho “con las gafas del prejuicio puestas”. “El entretenimiento salva vidas. Cada día. Y eso es servicio público. El acompañamiento, la cercanía, la diversión, el humor... eso es servicio público”, remarca Hernández.

En este sentido, el humorista recuerda que en la pandemia se aprendió que la televisión es fundamental, remarcando que es importante que haya magacines informativos pero también espacios con los que la audiencia pueda divertirse y desconectar, lejos del elitismo encorsetado”.

Programas con inicios complicados

La supervivencia del más fuerte en la televisión está a la orden del día y, normalmente, si un programa no es capaz de mantener una cuota de audiencia que cumpla con los estándares exigidos desde la cadena, es habitual presionar para forzar su retirada y apostar por otro formato que engrose más los audímetros. No obstante, también existen casos en los que un programa no arranca con buen pie y se pasa en el dique seco un tiempo antes de despegar.

Este es el caso de algunos espacios que, hoy en día, están perfectamente asentados en nuestras televisiones. El más reciente es el de El diario de Jorge en Telecinco, con un Jorge Javier Vázquez que, tras diez entregas, solamente llegaba al 6,4% de share. Una fría acogida que, no obstante, mejoró con el paso de las semanas, llegando a marcar récords del 13%.

Lo mismo que pasó con Todo Es Mentira. Tras seis años de emisión, el formato que presenta Risto Mejide en Cuatro es uno de los pesos pesados de la sobremesa, pero en su primera semana vio registros del 4%.. En la actualidad, sus datos rondan entre el 8 y el 9% de manera constante. Marcando, por tanto, datos muy por encima de la media de la cadena. 

Además, el fenómeno del mal comienzo también ha golpeado a los reality shows, quizás, incluso, con más fuerza que a cualquier otro tipo de programa. FórmulaTV publicaba, allá por 2015 en uno de sus blogs, que Tu cara me suena arrancó en 2011 con un 14% de share, cifras que hoy serían elevadas, pero que eran muy modestas entonces. El formato parecía estar ya algo desfasado, pero conforme pasaron las emisiones, llegó a plantarse en un 26% en la final de la primera edición, haciendo una media de 19%, y sentando las bases para hacer un 22% y un 19,9% en su segunda y tercera temporada respectivamente.

Masterchefotro de los programas más asentados de la televisión actual, tanto en su versión estándar como en sus diferentes variantes, lo tuvo muy complicado en sus orígenes. En primer lugar, porque se estrenó durante la peor época de la historia de La 1 en cuanto a audiencias, registrando un pésimo 10% en sus primeras semanas, y, en segundo lugar, porque la hora de emisión no fue la correcta en primera instancia. TVE reaccionó y lo movió a la noche del martes, espacio inmediatamente seguido de los partidos de Champions, una acertada decisión que llevó al formato a registrar un 33,1% de share en la final de su primera edición. El programa cerró su primera temporada con un 18,3% de cuota de pantalla, más de 8 puntos por encima de la media del canal, que se mantuvo en la segunda campaña, con un 19%.

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