- Hola, buenas tardes ¿María Luisa Pérez?

- Sí, dígame.

- Le llamo del hospital. Ha surgido un problema con su marido. Por favor, venga lo antes posible.

En una habitación gris, propia de un centro sanitario, dos médicos informan de lo sucedido con el paciente, operado el día anterior del intestino afectado por la enfermedad de Crohn. Frente a ellos, la mujer y un familiar que la acompaña.

- Su marido, en las dos últimas horas, ha sufrido un proceso de sepsis. Esto significa que su situación es muy grave. Vamos a ver cómo reacciona a los antibióticos.

No era necesario explicar más. La mujer, conocedora del asunto por su profesión relacionada con el ámbito sanitario, se vino abajo consciente de las malas noticias que le acababan de dar.

No es una historia ficticia. Es real y solo cambia el nombre de la mujer por razones de confidencialidad. Por fortuna, en ese caso, el hombre superó el proceso. Quien no lo hizo fue José Manuel Maza, fiscal general del Estado.

Las noticias que llegaron desde Argentina el pasado 18 de noviembre hablaban de su fallecimiento a causa de una infección en el riñón que luego se generalizó hasta acabar con su vida.

Septicemia o sepsis

La septicemia o sepsis es una infección grave que, partiendo desde un primer foco infeccioso, se extiende a través de la sangre por todo el cuerpo. Da igual su origen (bacteriano, vírico o parasitológico). Lo importante son sus consecuencias. Cada año provoca la pérdida de ocho millones de personas en todo el planeta.

La clave de todo está en su detección, que no es tarea sencilla, sobre todo en los momentos iniciales. Ahí es donde pone el punto de mira POCSIS, un proyecto liderado por Óscar Alonso, del departamento de Ingeniería y Biomedicina de la Universidad de Barcelona, que persigue ser una solución desde la innovación.

La tarea no es fácil para una patología que es ya todo un desafío diagnóstico, tanto en urgencias, como en unidades de cuidados intensivos. Este proyecto, que se puso en marcha hace ya 12 años, consiste en el desarrollo de un detector que “mide el tiempo de decaimiento de la fluorescencia, que provoca que ciertas sustancias, cuando las iluminas emiten otro color de luz”, explica Alonso. El POCSIS tiene un sencillo funcionamiento, aunque detrás haya habido decenas de miles de horas de investigación. “Nosotros emitimos un pequeño pulso de luz y recibimos la medición de cómo esta fluorescencia empieza y se apaga. Lo que medimos es el tiempo de decaimiento de uno o varios marcadores fluorescentes”.

Para entender qué es la fluorescencia, basta recordar cuando entras en una discoteca y te pides un gin tónic. Con determinada luz se puede observar que tu vaso brilla en la oscuridad. Eso se debe a algunos de los componentes de la tónica.

Es verdad, reconoce, que esa fluorescencia se puede medir a través de otros factores como la intensidad. Sin embargo, inclinarse por la medición del decaimiento supone “que no tiene ruido, es decir, no presenta falsos positivos”.

50% de mortalidad

La sepsis es difícil de identificar en etapas iniciales. Su no detección a tiempo puede provocar su expansión por el cuerpo del paciente. Si no se inicia la aplicación del tratamiento antibiótico con premura, puede producirse un choque séptico. En la actulidad, las estadísticas indican que la mortalidad por sepsis severa alcanza el 50%, porcentaje que sube siete puntos si se retrasa solo una hora la administración de medicamentos.  

El POCSIS persiguedetectar la situaciones de sepsis en estados iniciales”, afirma Óscar Alonso. Esta tecnología innovadora presenta “el tamaño de un iPhone”.

Equipo que desarrolla el POCSIS con Óscar Alonso en el centro (tercero por la derecha). (Foto: CaixaImpulse)

El objetivo es que “el médico lo tenga cerca para determinar el inicio de un proceso de estas características”. La particularidad de sus dimensiones es fundamental puesto que facilita al facultativo tener controlado al paciente en todo momento. “Este detector permite identificar diversos biomarcadores para indicar si hay sepsis” e, incluso, podría ser utilizado para otras enfermedades.

El proyecto que también presenta la característica no menos importante de ser de bajo coste, ha sido seleccionado por el programa CaixaImpulse.

Retorno social

En palabras del líder del mismo, la iniciativa impulsada por Obra Social “la Caixa”, “nos ha dado las claves para la puesta en marcha de la empresa, además de poder conocer otras experiencias y habernos dado la oportunidad de relacionarnos con actores importantes de este mundillo”.

Según dice, la parte de la financiación que supone CaixaImpulse “nos permite pasar del experimento de laboratorio a ir al hospital a medir, y eso es fundamental para el futuro del proyecto. La última parte, la del retorno a la sociedad, suele ser lento, aunque ahora es cuando empezamos a ver que se hace realidad. Piensa que nosostros con estos detectores empezamos a trabajar en 2005, y en 2007 nos dieron la primera financiación pública para continuar con el proyecto”.

Al POCSIS aún le queda algún tiempo para su lanzamiento. Cuando lo haga, sus beneficios serán importantes. Para la sanidad pública conllevará un ahorro significativo, tanto por el coste del detector, como por lo que supondrá de menos gasto en tratamientos. No obstante, por encima de cualquier otro aspecto positivo, está la salvación de miles de vidas. No hay que olvidar que la sepsis provoca más muertes que cualquier tipo de cáncer, en muchas ocasiones porque la detección no llega a tiempo.