“Cuando me devolvía a los niños en la puerta de casa (…) él me increpaba y me insultaba. Me decía: ‘te los voy a quitar, hija de puta y te van a odiar. Voy a hacer que te odien’”. Esta es una de las desgarradoras frases que Rocío Carrasco ha pronunciado en la primera entrega de su documental, ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’.

Rocío Carrasco ha roto su silencio en este documental después de más de dos décadas soportando todo tipo de juicios y acusaciones, ya que no consiguió demostrar que fuera víctima de violencia de género y su exmarido, Antonio David Flores, no fue condenado por ello. También ha confesado que estuvo a punto de poner fin a su vida a raíz de la presión social y mediática sobre su persona. Ahora, aunque hay muchos que han mostrado su apoyo a la hija de la fallecida cantante Rocío Jurado, todavía hay quien cuestiona sus palabras y su relato sobre la violencia, los malos tratos, las descalificaciones y los insultos a los que estuvo sometida por parte de Antonio David.

El cuestionamiento de varios rostros conocidos sobre el relato de Carrasco -con encuestas que apoyan a Antonio David-, las críticas a Mediaset por sacar rédito del testimonio y prescindir de Antonio David como colaborador una vez sacado el documental y no antes, está empeñando el verdadero mensaje de la pieza.

Pero la postura de las asociaciones contra la violencia de género es clara: “Gracias, Rocío Carrasco, por este acto de valentía”. Carmen Benito, fundadora de la asociación MUM (Mujeres Unidas contra el Maltrato), en declaraciones a ElPlural.com celebra que Carrasco haya decidido dar un paso al frente para contar las vivencias que sufrió, y considera que esto da una “visibilidad importantísima a la violencia”. Además, estima que este testimonio ayuda a otras mujeres que se puedan sentir identificadas a contar la violencia que sufren.

En la misma línea han ido las declaraciones a este medio de Gregorio Gómez, secretario de la asociación Alma contra la Violencia de Género. “Sabiendo lo que les cuesta a las mujeres contar las situaciones de violencia que han sufrido y que es una mujer pública, que se le conoce casi todo de su vida, le ha echado un valor increíble. No tengo otras palabras que darle las gracias”.

“19 mujeres nuevas han contactado con Alma removidas por las declaraciones de Carrasco”, revela Gómez, explicando que en menos de una semana, desde que se emitió la primera entrega del documental, han atendido a mujeres que se han sentido identificadas. Y recalca que la visibilidad que ha dado esta serie es enorme y que el “resultado es muy beneficioso”.

¿Por qué se cuestiona a las víctimas?

El testimonio de Carrasco se puede extrapolar al de muchas mujeres que denuncian violencia de género y no se les cree, se cuestiona su denuncia y se defiende a los acusadores. La violencia de género es una lacra todavía muy presente en la sociedad actual. Aquellos que dudan de la veracidad de las palabras de Rocío Carrasco están cuestionando la existencia de la violencia machista porque, en demasiadas ocasiones, se juzga a la víctima y no al opresor.

“Los que reniegan de la confesión de una mujer no saben lo que es la violencia. Una persona que juzga a una mujer que ha denunciado un caso de violencia lo hace, o bien porque no sabe lo que es, o porque no creen en ella”, explica Carmen Benito. “Las que la hemos sufrido por supuesto que la creemos y que la apoyamos”, remarca, ya que ella es una superviviente tras sufrir malos tratos durante once años.

“El gran problema que tiene la violencia de género es que la sociedad no sabe lo que es, no sabe de dónde viene, no saben por qué pasa eso”, argumenta Gregorio Gómez en el mismo sentido.

En la realidad, aunque gran parte de la población, a pesar de haber formaciones políticas que niegan su existencia, saben que la violencia de género es una realidad muy presente en la actualidad y que es una lacra que hay que combatir, pero hay una notable tendencia a juzgar a las mujeres que la denuncian y a no creerlas. Esto todavía sigue siendo una asignatura pendiente. 

El cuestionamiento y la presión

Las dos asociaciones consultadas por ElPlural.com coinciden en los aspectos a los que se enfrenta una mujer que decide contar el maltrato: “A una víctima se le cuestiona todo, por desgracia”. Desde Alma se pone el ejemplo de todo lo que Antonio David Flores ha hablado sobre su exmujer y “nunca se le ha cuestionado nada”, ni lo que ha cobrado por hablar de ello en la televisión. Mientras, desde MUM se reafirma el cuestionamiento que sufren las mujeres y lo que ello supone de cara a contarlo, ya que el miedo y el temor actúan como un gran freno para ellas.

“A la vez que intentan salir del bucle, una víctima se ve muy cuestionada, y ello se produce todavía con más fuerza en el ámbito rural”, detalla Gómez. Por eso, después de que ambos le den las gracias y feliciten a Rocío Carrasco por enfrentarse a los detractores y contar abiertamente el maltrato que sufrió, explican que éste es otro gran paso en la lucha contra la violencia de género. “Al igual que el testimonio de Ana Orantes supuso un antes y un después y llevó a la aprobación de la Ley de Violencia de Género, las vivencias de Carrasco pueden que sea la chispa que incentive nuevos cambios en la lucha”, sentencia el secretario de la asociación Alma. Asimismo, Carmen Benito desde la asociación MUM asegura que esta confesión “no solamente la beneficia a ella, sino también al resto de mujeres”.

Los datos que demuestran la necesidad de seguir luchando

La cifra total de mujeres víctimas mortales de la violencia de género en 2020 en España se elevó a 45 y desde 2003, cuando se empezaron a recopilar datos, el número total de mujeres asesinadas por la violencia machista asciende hasta las 1.078, mientras el número de menores huérfanos se sitúa en 304 desde 2013.

El servicio telefónico 016 de información y asesoramiento jurídico en materia de violencia de género registró en 2020 hasta 78.886 llamadas pertinentes, un 14,8% más respecto a las cifras del año anterior, cuando se registraron 68.714 consultas.

Pero el alto porcentaje de llamadas de víctimas contrasta con las denuncias que se presentan por este tipo de violencia. Solo una de cada cinco asesinadas desde que comenzó el recuento en 2003 habían denunciado a su agresor; en 2020 solamente 7 de las 45 habían interpuesto una denuncia.