Rocío Carrasco ha marcado un antes y un después en la lucha y visibilización de la violencia de género, al igual que lo han hecho otras mujeres en las últimas décadas. ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’ ha batido récords de audiencia y ha provocado que muchas mujeres que han pasado o están pasando por una situación de una violencia machista se atrevan a contarlo y a denunciarlo. La hija de Rocío Jurado ha mostrado su cara más sincera y desgarradora en las doce entregas de este documental, en las que relata las vivencias con el que fue su marido, Antonio David Flores, y las consecuencias que años de silencio le han traído.

Pero Carrasco no ha sido la única que se ha abierto a relatar su caso en la televisión. Otras mujeres lo han hecho antes que ella para intentar luchar contra esta lacra y mostrar que es una realidad. Ana Orantes sin duda fue una de las pioneras, aunque su desenlace fue trágico. A la lista se suman otros rostros conocidos como la socialité y modelo Carmina Ordoñez y la política Nevenka Fernández.

Orantes dio el paso que abrió conciencias

El jueves 4 de diciembre de 1997, Ana Orantes, vecina de Granada, visitó el plató de ‘De tarde en tarde’, en Canal Sur y presentado por Irma Soriano. En 35 minutos de entrevista contó su dura realidad como mujer maltratada durante 40 años de matrimonio, narró delante de las cámaras cuatro décadas de vejaciones y maltrato físico y psicológico por parte su marido, José Parejo Avivar, quien 13 días más tarde la asesinó rociándola con gasolina prendiéndole fuego.

El testimonio y la historia de esta víctima cambió la realidad sobre la violencia de género en España, se creó conciencia en la mayoría de los hogares españoles, pero no fue hasta 2004 cuando José Luis Rodríguez Zapatero aprobó la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.

Ordoñez, el juez tampoco la creyó

Corría 2001 cuando Carmina Ordoñez denunció, tras aparecer con un ojo morado y notables evidencias de magulladuras, ser víctima de violencia de género. El juez no la creyó y no culpó de ello a su tercer y último marido, el bailarín Ernesto Neyra. No obstante, decidió relatarlo en la televisión y dar visibilidad a un problema social que no había calado todavía en la sociedad. Lo contó en ‘Crónicas Marcianas’, aunque su relato tampoco cautivó y fueron muchos los que la criticaron por acudir a la televisión para hacerse notar. En 2018, Julián Contreras, el hijo menor de la socialité, recordó este momento de la vida de su madre en ‘Lazos de sangre’ asegurando que fue uno de los más tristes de los últimos años de Ordoñez.

“Yo viví cosas muy escabrosas, yo fui testigo presencial y por eso lamento mucho lo que ella vivió. Aquellos que piensan que mi madre vio en eso una oportunidad para llamar la atención, que sepan que ella nunca necesitó hacer eso (…) Un juez dictaminó que mi madre no tenía perfil de mujer maltratada... Sigo buscando una respuesta, una lógica de por qué no se escuchó a mi madre y a mí, y me rompo la cabeza y pasa el tiempo y no lo entiendo”, confesó Contreras.

La primera española del Me too

Más reciente es el relato de Nevenka Fernández, que después de 20 años ha protagonizado un documental en Netflix en el que relata el acoso sexual que sufrió por parte de Ismael Álvarez, alcalde de Ponferrada y compañero de partido. Esta edil de Ponferrada se convirtió, sin saberlo entonces, en la primera española en denunciar públicamente un Me too al llevar a juicio a su alcalde, muy querido en esta localidad leonesa y por quien tuvo que sufrir todo tipo de ataques e insultos, llegando incluso a tildarla de loca.