La Fiscalía Provincial de Madrid solicita 13 años y dos meses de cárcel para el excomisario, José Manuel Villarejo, y para el empresario Javier López Madrid, por las amenazas y coacciones que de forma “reiterada” e “insistente” hicieron a una médico, la doctora Elisa Pinto, para que no denunciara al empresario. Según el escrito de acusación, el “hostigamiento” llegó a tal punto que llegaron a agredir en dos ocasiones a la mujer y hasta ordenaron a personas desconocidas que se dirigieran a un hijo menor de edad de la víctima para decirle “también estamos pendientes de vosotros”.

El representante del Ministerio Público les imputa cuatro delitos diferentes que son delitos continuados de coacciones por lo que solicita tres años de prisión; amenazas, un año y ocho meses; contra la Administración de Justicia, un año y seis meses; y dos de lesiones por lo que pide tres años y seis meses por cada uno.      

El escrito de la Fiscalía se remonta al año 2012 cuando la Elisa Pinto era jefa del servicio de dermatología del Hospital San Camilo y en su condición de médico especialista conocía a la familia de López Madrid, con quien al año siguiente comenzó una relación de “estrecha” amistad. A partir de entonces, y hasta septiembre de 2013, comenzó a recibir regalos, mensajes subidos de tono, fotografías sexuales explícitas recíprocas o a tener  encuentros “deliberadamente” casuales en sitios públicos como tiendas, restaurantes y lugar de trabajo. Además, durante esos meses mantuvieron  “largas” llamadas telefónicas y una relación vía emails.

En septiembre de 2013 el acusado contactó con con Villarejo, entonces comisario de Policía adjunto a la Dirección Adjunta Operativa (DAO), con la finalidad de hostigar a la mujer y evitar que le denunciara y, de paso, para que pusiera a su disposición particular los medios policiales necesarios para desacreditar las denuncias. Así, y según relata el fiscal, entre los meses de septiembre y diciembre la víctima comenzó a recibir llamadas telefónicas y mensajes amenazantes del empresario, diciéndole entre otras cosas, que había contratado a un comisario al que describió como las “cloacas del estado” para que le ayudara a solucionar su resistencia, que era experto en generar coartadas falsas y en poner en su sitio a “chulas” como ella, o de las personas a las que éste había contratado.

Estas llamadas, “en principio”, eran anónimas con voz de mujer distorsionada a su número personal  de móvil  y al fijo de su domicilio familiar en las que le decían: "Puta no te acerques a López Madrid, me vale madres llevarte por delante". La mujer también recibió llamadas a su otro número personal de móvil desde otros  teléfonos correspondientes a tarjetas prepago adquiridas con identidad falsa que iban cambiando cada poco tiempo.  

El 10 de diciembre de 2013 ambos acusados se reunieron en las oficinas de Cenyt, empresa de Villarejo, en Torre Picasso y a continuación se dirigieron a la consulta de la médico. Allí, según el fiscal, hostigaron de nuevo a la mujer. Le advirtieron de que la estaban vigilando y de que la policía vendría a visitarla si no cesaban las denuncias. Diez días después, y durante más de una semana, la víctima fue amedrentada de nuevo  “reiteradamente” por personas desconocidas “que actuaban por encargo de los acusados”.

La Fiscalía subraya que todos estos actos estaban dirigidos a alterar el sentimiento de seguridad y paz de la mujer “tratando de impedirle actuar libremente”. Y ello porque las acciones que de manera “insistente” y “reiterada” realizaron los acusados pusieron de manifiesto que la víctima estaba siendo vigilada y perseguida y que, además, “alteraron gravemente la vida cotidiana de ella y la de su familia, teniendo que contratar seguridad privada, sus hijos dejaron de ir al parque y dejó de conducir durante al menos 6 años”.

A partir del 20 diciembre y hasta el 29 de marzo la Fiscalía tiene computadas once acciones que van desde que un desconocido se acercó a la puerta del colegio donde estudiaba un hijo de la doctora que tenía 10 años para decirle “también estamos pendientes de vosotros” a llamadas telefónicas donde se le avisaba “vamos a seguir puta” o donde le decían “te vamos a matar

Los mensajes amenazantes por encargo de los acusados hacia la mujer continuaron hasta principios de 2015.  Entre ellos están los siguientes: “Puta loca judía”, “sabes que quien nos paga se fue a ver tranquilo el partido a Lisboa en un avión privado mientras tu permaneces encerrada? Recuerda: dinero y poder! Estas muerta!” o “que tu hijo estuviese delante no fue un accidente...Dolor...Mas y más dolor... Les has cambiado de cole crees que es mas seguro?"

Agresiones

La primera agresión se produjo el 13 de enero de 2014. Cuando la mujer se encontraba en el interior de su vehículo parado en la calle, una persona desconocida se introdujo en la parte trasera y, “esgrimiendo un cuchillo”, se lo clavó en el hombro mientras decía "estás indefensa”. La segunda ocurrió el 10 de abril. Ese día la mujer iba con su hijo menor de edad en su vehículo y, tras bajarse de su coche para buscar el alzador para el niño, fue abordada en la calle Triana por Villarejo, quien propinó a la víctima un corte en el abdomen por encima de la blusa con un instrumento cortante mientras profería la expresión “López Madrid quiere que cierres la boca”.