El ya tristemente conocido como caso mascarillas, en el que se investiga el cobro de una comisión millonaria de seis millones de dólares por parte de los empresarios, Luis Medina y Alberto Luceño, por traer material sanitario en plena pandemia, ha sacado a relucir lo que se podría tildar de las cloacas de la moralidad: comisiones millonarias en lo peor de la pandemia a costa del dinero público. Unas comisiones que se gastaron en artículos de lujo como coches, relojes, bonos bancarios o un yate.

Comisión del 60%

Mientras en Madrid morían cientos de personas diariamente, a ambos empresarios no les tembló el pulso en cobrarse una comisión del 60% del total del contrato, casi seis millones de dólares de un total de 10.5. El 45% de ese 60 para Luceño y el otro 15 para Medina.

Luceño lo justifica en su declaración ante el fiscal Anticorrupción, a la que ha tenido acceso ElPlural.com, diciendo que él ponía la comisión en las operaciones más alta o más baja si “negociaba mejor o peor”. En el caso de las mascarillas, dicha comisión ronda el 45%, y Luceño, para justificar que sea tan alta dice: “La cámara de Comercio de París recomienda que una persona no se puede llevar más del 50%” …Bueno, él sólo se llevó el 44,8 en uno de los portes y más del 49 en otro.  

Merezco una medalla

Es más, tan convencido está Luceño de que ha hecho no solo lo correcto, sino que ha sido el mejor, que pidió una medalla civil al Ayuntamiento de Madrid por su trabajo. Ahí es nada. El fiscal le pregunta por el audio que le envió a la responsable del consistorio para este contrato de la Empresa municipal Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid SA, Elena Collado, pidiendo la famosa medalla.

El representante del Ministerio Público le pregunta si era una broma cuando le dijo a Collado: “Ahora sí que me debes una medallita, una medallita civil me vendría bien”, a lo que él responde que de broma nada, que se lo había pedido porque los empresarios chinos con los que hizo el negocio habían sido “los más rápidos”, pues sirvieron la mercancía “en una semana”.

Concretamente, Luceño afirma sin despeinarse: “Sí (pidió la medalla). Por el tema de la compra y porque se sirva en una semana. Porque fueron los únicos (…). Elena conmigo, a las dos o tres de la mañana firma contratos después de mucho esfuerzo. La medalla es porque efectivamente se movieron los más rápidos y se sirvió la mercancía en una semana”.

Lujo extremo

Pero si hay algo en este caso que deja sin palabras es el gasto en objetos de lujo que ambos empresarios realizaron nada más recibir el dinero de la comisión. Medina compró dos bonos bancarios de 200.000 euros cada uno y un velero de 350.000 euros.

Por su parte, Alberto Luceño diversificó los gastos. Según un informe de la Agencia Tributaria sobre la cuenta bancaria de la empresa que creó junto a su mujer, la misma a cuyo hospital donde trabaja su esposo regaló 50.000 mascarillas, Luceño gastó 15.000 euros en el aniversario de ambos: 5.000 en regalos, el resto en la celebración.

Como a los ‘más nobles’ corruptos españoles, a este empresario también le encantan los relojes caros. Luceño adquirió un Rolex 31 mm por 9.900 euros, y un Rolex Yach Master y un Cartier Santos por 32.550 euros.

Pero todo eso no es nada comparado con lo que se gastó en vehículos de alta gama. El empresario pagó un total de 1.228.100 euros por un Range Rover Sport de 102.000 euros; un Ferrari 812 Superfast valorado en 355.000 euros, un Aston Martin DB11 que costó 160.000 euros; un KTM X BOW de 91.800 euros; un Mercedes AMG GT 63S de 149.999 euros; otro vehículo marca Mercedes SCL 300 de 54.500 euros; un Range Rover Sport por 102.000 euros; un KTM X BOW de 91.800 euros; y un BMW I8 Roadster por el que pagó 121.000 euros.

Y como en todo lo anterior: la necesidad de una comisión tan alta o la petición de la medalla por sus servicios, para esto, Luceño también tiene excusa: “era una inversión. Hemos vendido tres ya. Parte son coches de inversión, los compramos porque valían 700.000 euros, 800.000 euros y los conseguimos por 399.000”. Sin embargo, la Fiscalía Anticorrupción no parece seguir su estela, pues ha judicializado el tema y, ambos, se han encontrado con una imputación y una citación a declarar el próximo día 25 de abril.