La pandemia de coronavirus no solo fue una auténtica debacle para todos los españoles. Además, ha tenido consecuencias específicas para las mujeres víctimas de violencia de género que, con el confinamiento, vivieron un auténtico calvario al estar encerradas junto a sus maltratadores, sin poder salir de casa. Una de esas consecuencias es la peor de todas las posibles: se dispararon los asesinatos machistas en los dos meses posteriores a terminar el confinamiento. Explica la memoria que, el confinamiento pudo actuar como factor de contención de la violencia más grave durante el periodo de mayor restricción de la libertad, y como factor precipitante de la violencia feminicida tras el levantamiento de tales medidas

Según los datos de la memoria de la Fiscalía, el total de feminicidios registrados en 2021 es de 50, un número superior al de 2020, donde hubo 46 víctimas (8,6% más), pero inferior al de los años 2019 con 59 víctimas (15,26%) y un 2% menos que en 2018 cuando fueron asesinadas 51 mujeres.

Explica el fiscal general del Estado, Álvaro García, en la memoria que, “si hacemos una media, resultaría que, en España, en el año 2021, se cometieron 4,25 feminicidios íntimos al mes, por lo que, cuando se alzaron las medidas, se superó esa media en un 64,7 % en el mes de mayo y en un 135,3% en el mes de junio, y en esos dos meses se cometieron el 21,56 % de los feminicidios ejecutados en todo el año 2021”.

Los motivos

En cuanto a cuál fue el motivo por el que se dispararon los asesinatos tras el confinamiento, García explica que, la situación de las víctimas de esta violencia durante la vigencia de esas medidas restrictivas creó “las condiciones idóneas para el maltratador al aislar aún más a las mujeres, aumentando las posibilidades de control y facilitando la impunidad de los actos violentos –físicos, psicológicos, sexuales...– que intramuros pudieran cometerse sobre ellas”.

Por lo que, con la finalización de las medidas restrictivas de libertad “se incrementaba el riesgo para estas mujeres, pues iba a provocar en los agresores la percepción de pérdida de control sobre la víctima siendo este un factor ‘precipitante’ que podía conducir al homicidio o a agresiones graves y, ese temor se materializó en un aluvión de feminicidios, a lo que se unió el asesinato de las dos niñas de Tenerife que tanto dolor y consternación produjo a nivel mundial”.

Pero no solo los asesinatos se dispararon. Pese a la disminución de las denuncias, pues las mujeres estaban encerradas con sus maltratadores, eso no significó, ni mucho menos, que la violencia de género hubiera decrecido; en concreto la violencia psicológica y la cometida digitalmente sufrió un notable incremento, como pone en evidencia el hecho de que las llamadas al 016 aumentaron un 37 %, y por la importante utilización los dos números de WhatsApp que se pusieron a disposición de las víctimas.

Por último, cabe destacar que, de las 50 mujeres asesinadas en el año 2021 solo habían denunciado previamente 11, un 22%, que es un porcentaje superior al registrado en el año 2020 (13,63) e inferior al del año 2019 (23,3%). En 10 ocasiones se había acordado alguna prohibición de aproximación, lo que representa que en un 90,90% de las ocasiones en las que la víctima había denunciado se dio una respuesta por la Administración de Justicia tendente a su protección; en 7 ocasiones estaba vigente una pena o medida de prohibición de aproximación, lo que supone un 63,63% del total de las víctimas que denunciaron previamente.