La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha establecido que no se puede exigir a una víctima de violación que ponga en riesgo su vida para impedir una violación.

En una sentencia con fecha de 31 de mayo, el tribunal explica que “no puede exigirse a una víctima de violación una defensa invencible ante un acto de penetración por el agresor que ha venido precedido por golpes reiterados, que pueden producir en la víctima una dejación de oposición al no saber el alcance de los actos del agresor sexual, y si puede acabar con su vida”.

El recurso de un violador

Con su sentencia, que adelanta la web Confilegal, el tribunal rechaza el recurso de casación interpuesto por el abogado de Gonzalo Ignacio Felipe Muñoz, condenado el 5 de junio de 2018 por la Audiencia Provincial de Valencia a 18 años de prisión y 41.000 euros de indemnización a la víctima, por delitos de agresión sexual, lesiones y detención ilegal.

Según los hechos probados, el abogado llevó a la víctima, entonces su novia, a una casa de su familia en Mocofa, Castellón, en la Nochevieja de 2014. La pareja cenó, bebió y se fue a dormir. La joven despertó con los gritos del condenado, que le acusaba de mentirosa por algo que había visto en su móvil y a continuación, empezó a golpearla fuertemente, “llegando a rebotar su cabeza contra la pared”.

La mujer optó por no defenderse

La joven optó “por no defenderse y quedarse tumbada en la cama”, según recogió la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia. El abogado siguió golpeándola, incluso con una caña de bambú “que le rompió en la cara”, lo que la hizo sangrar por la nariz y la cara. Además, le pasó la hoja de un cuchillo por la cara, haciéndole temer por su vida. A continuación, el hombre le propinó a la mujer un puñetazo “que la hizo caer y golpearse contra los azulejos, acto seguido la penetró vaginalmente y eyaculó. Después el hombre se marchó”.

Se lanzó por una ventana a 7 metros de altura

La mujer intentó pedir ayuda por la ventana, pero al encontrarse en una zona deshabitada en invierno, nadie pudo escucharla. Trató de escapar por la ventana desde una altura de 7 metros, lo que le provocó importantes heridas. Pero fue en vano, ya que el abogado la volvió a meter en la casa.

La joven pidió a su violador que llamara una ambulancia porque se encontraba muy mal y éste accedió si decía que se había intentado suicidar, obligándola a hacerse unos cortes en las muñecas con una cuchilla. La joven accedió. La ambulancia llegó al mediodía del 2 de enero de 2015.