Las campanas son un símbolo de la España rural y, sin su repiqueteo, su historia y cultura no sería igual. En la actualidad, perviven en nuestro país más de 30 fórmulas diferentes de hacer sonar la campana con un toque manual, una tradición y un hábito milenario que se ha mantenido prácticamente sin alteraciones a lo largo de los años.

Dada su relevancia y repercusión tanto en lo social y cultural como en lo religioso, la UNESCO ha otorgado a este singular lenguaje el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad durante el Comité que se ha celebrado este jueves en Rabat (Marruecos).

Pero, ¿qué significa esta distinción? Este título supone un “reconocimiento” a quienes practican el toque manual de la campana, un hábito “que merece ser preservado para las generaciones futuras”, según ha explicado la Unesco. De este modo, el Gobierno central deberá comprometerse para salvaguardar y proteger la transmisión de esta práctica en todos los rincones del país.

De la misma manera, con esta categoría se intenta evitar la desaparición de la profesión, ya que en España se percibe desde hace años la falta de campaneros que cumplan y hagan perdurar esta función.

Hace más de un año, el Ministerio de Cultura y Deportes que dirige Miquel Iceta ya se hizo eco de que el toque manual de campanas se postulaba a ser Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y lo hizo con un vídeo en el que se muestra la labor de los campaneros que, a su vez, explican con todo detalle el origen de los nombres femeninos de las campanas, así como los códigos propios que tiene cada pueblo para hacerlas sonar.

Una tradición sin fisuras

Cabe recordar así que el repiqueteo de las campanas no era cosa baladí. Además de anunciar un nuevo día o la medianoche, también era un signo comunicativo que daba a conocer el fallecimiento de una persona relevante en la ciudad.

Sin embargo, la candidatura de la Unesco ha estado impulsada por la tradición de Albaida, una localidad de Valencia, la cual no ha decaído desde el siglo XIII y, desde entonces, se ha calculado que anualmente se hacen 3.2000 toques y revolteos manuales de campana. Es más, el municipio, de apenas 6.000 habitantes, creó en 2015 una institución pionera: el Museu Internacional del Toc Manual de Campanes (MitMac).

Una costumbre similar es la que acontece en Alustante, municipio de Guadalajara, donde se realizan 16 toques -documentados desde el siglo XVI-  que combinan diferentes métodos como la señal, el repiqueteo, el medio vuelo y el volteo y que ya fueron premiados con el Bien de Interés Cultural en febrero de 2021.