Los rumores en los momentos previos y durante los cónclaves están a la orden del día y suelen afectar a aquellos cardenales más papables, buscando cambiar el sentido de la votación; sin embargo, muchos no llegan al conjunto de la ciudadanía hasta una vez elegido el nuevo Supremo Pontífice. Robert Prevost, ahora Papa León XIV, no se ha escapado de esto y es ahora sujeto de acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales en el seno de la Iglesia. El Vaticano lo niega, pero diferentes sectores se apoyan en los testimonios de las víctimas para señalarle.

No puede probarse que Prevost encubriese aquellos abusos, pero tampoco que el testimonio de las víctimas sobre su “insuficiente” actuación sea falso. La mayoría de asociaciones de víctimas de abusos se muestran satisfechas con la elección, aunque otras no se fían de su actuación. “Puede ser un buen Pontífice […] Conoce bien las necesidades de las personas vulnerables y eso es lo importante”, ha trasladado la presidenta de la asociación Lulacris y víctima de abuso sexual infantil, Laura Cuevas.

Miguel Hurtado, víctima de abusos sexuales y primer denunciante del caso Monserrat, ha recalcado que León XIV "conoce bien la gravedad de la crisis de la pederastia clerical en Iberoamérica". “Por tanto, como Francisco, conoce bien la gravedad de la crisis de la pederastia clerical en Iberoamérica. La tolerancia cero contra el abuso y el encubrimiento en la iglesia o la reparación de los supervivientes no puede depender del código postal de las víctimas”.

“No puede seguir habiendo una vara de medir en Norteamérica y en Europa y un estándar inferior en América Latina, Asia y África", ha añadido. Los defensores de León XIV recuerdan ahora unas palabras suyas cuando ya era Obispo en Perú, con las que condenaba todo abuso y encubrimiento. "Nosotros rechazamos el encubrimiento y el secreto, porque eso hace mucho año”, trasladaba en una entrevista, instado a “ayudar a las personas que han sufrido por el mal actuar”.

“De parte de la Iglesia queremos decirle a la gente que si hubo alguna ofensa, si sufrió o es víctima del mal actuar de un sacerdote, que venga y lo denuncie, para actuar por el bien de la Iglesia, de la persona y de la comunidad", zanjaba. Estas palabras fueron pronunciadas por Prevost unos años antes del supuesto encubrimiento del que se le acusa ahora desde diferentes sectores.

Hechos bajos sospecha

Los hechos se remontan a 2004, momento en el que el estadounidense ocupaba el cargo de Prior General de la Orden de San Agustín. Por aquel entonces, Prevost vivía en Roma y gestionaba todas las comunidades agustinas del mundo. Antes, el religioso ya había pasado un largo tiempo en Chiclayo (Perú), donde posteriormente sería Obispo, como misionero y fue allí donde tres niñas fueron presuntamente víctimas de abusos sexuales perpetrados el sacerdote Eleuterio Vázquez, aunque no reunieron las fuerzas para denunciarlo hasta 2020, al no contar antes con mecanismos en la Iglesia y estar en shock.

León XIV, cuando todavía era Prevost, retornó a territorio peruano en 2014, cuando su predecesor, Francisco I, le nombró administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo. Un año después, pasó a ser Obispo del mismo territorio y administración, de la que el cura acusado de los abusos formaba parte, algo que Prevost desconocía. En 2020, una de las víctimas acudió al obispo y este, según la mujer, le sugirió que acudiese a las autoridades. Las hermanas y el obispo mantuvieron otra reunión en 2022 y este les recomendó denunciar, según su versión.

El delito había prescrito y Prevost trasladó al cura aunque rehúso de ir más allá al no reconocer el acusado los hechos y no contar con una sentencia probatoria. “"Recibida la denuncia, y salvando el principio de presunción de inocencia tanto a nivel civil como eclesiástico, se procedió a la aplicación de las medidas cautelares para iniciar la investigación previa”, trasladaron desde la diócesis, asegurando que se le había prohibido oficiar labores sacerdotales y que “el caso fue enviado a la Santa Sede”, donde fue archivado.

“Ante la apelación pública de las denunciantes, la causa fue reabierta”, recoge el comunicado emitido por la Diócesis de Chiclayo y recuperado por El Español. No obstante, desde SNAP (Red de Sobrevivientes de Abuso por Sacerdotes) denuncian que “las víctimas afirman que Prevost no abrió una investigación, envió información insuficiente a Roma y que la diócesis permitió al sacerdote seguir celebrando misa”. El Vaticano ha negado estas afirmaciones antes incluso de que Prevost fuese nombrado Papa, pero no existe una única versión de la actuación del nuevo Pontífice Supremo ante aquellos abusos.

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