La Policía Nacional ha vuelto a advertir sobre el secuestro virtual, un tipo de estafa del que en 2019 se registraron 130 casos. En cinco de ellos, llegó a haber desembolso económico y solo en dos se pudo recuperar el dinero.

Bajo el hashtag #NoEsReal, los agentes ofrecen información y consejos sobre cómo actuar en caso de recibir una llamada de este tipo.

Los delincuentes, que llaman de forma inesperada generalmente desde números ocultos o con prefijo del extranjero se valen de la sorpresa y el estado de angustia en el que se sume a la víctima. 

Persiguen el bloqueo emocional, por lo que son muy agresivos y directos, e, incluso, en ocasiones llegan a poner al teléfono a terceras personas que imitan gritos y lloros. 

Otra de las estrategias que emplean es tratar de prolongar al máximo la llamada para evitar reaaciones por parte de la víctima, de manera que intentan conseguir el dinero sin llegar a colgar el teléfono, principalmente a través de empresas de envío.

Qué hacer

Por este motivo, la Policía aconseja desconfiar si le dicen que han secuestrado a un familiar- incluso si se escuchan voces de fondo- y mantener la calma ante la presión. 

También es necesario comprobar la información aportada por los falsos secuestradores, no realizar ningún pago, no facilitar datos personales ni publicarlos en redes sociales.

Para comprobar que nuestro familiar está a salvo, debemos tratar de conectar con él a través de otra línea.

Si es posible, es recomendable grabar la llamada de los estafadores; y, lo más importante, tenemos que avisar a la Policía Nacional (091)

Consejos de la Policía sobre el secuestro virtual

Madrid, entre las regiones con más casos

De los casos que se registraron a lo largo de 2019, el mayor número de ellos tuvo lugar en Madrid, Cantabria, Zaragoza y Valencia. Sin embargo, no en todos se interpuso denuncia. Se hizo en 107 de los 130.

En el último caso registrado en la capital, la Policía Nacional evitó que se llegaran a desembolsar hasta 10.000 euros

La víctima, una mujer de 69 años, recibió una llamada de un hombre con acento extranjero que le dijo tener secuestrada a su hija y la conminó a dirigirse a su entidad bancaria de inmediato, bajo la amenaza de cortarle un dedo a la chica y mandarle un vídeo para que fuera testigo de lo que podía llegar a ocurrir. 

Mientras el secuestrador virtual mantenía a la víctima al teléfono, ésta caminó hasta el banco, pero su marido llamó al 091 y los agentes se personaron en la entidad, evitando que realizase movimiento bancario alguno.

De forma paralela, otros agentes se dirigieron al lugar de trabajo de la supuesta secuestrada, donde comprobaron que se encontraba en perfecto estado.