Este miércoles, la Audiencia de Sevilla ha cerrado el juicio contra Alfredo G.C., un ciudadano boliviano acusado de asesinar a su pareja sentimental en 2022. El suceso tuvo lugar en el barrio de San Jerónimo, donde el acusado ocultó el cuerpo de la víctima entre unos juncos del río Guadalquivir. Durante el juicio, el inculpado admitió el crimen, aunque afirmó que estaba bajo los efectos del alcohol y actuó por un arrebato de celos, asegurando que no tenía intención de matarla.

La última sesión se dedicó a las conclusiones y los informes finales de las partes implicadas: la Fiscalía, la defensa del acusado, la acusación particular representada por la familia de la víctima y la Junta de Andalucía. La fiscalía ha realizado pequeñas modificaciones en su escrito de acusación, pero ha mantenido la petición de 25 años de prisión por asesinato, además de otras penas por delitos de estafa y lesiones en el ámbito de la violencia de género.

Por su parte, la defensa ha solicitado la libre absolución del inculpado, argumentando un arrebato pasional e intoxicación etílica, o en su defecto, la pena mínima por homicidio con las circunstancias mencionadas como atenuantes. En su derecho a la última palabra, Alfredo G.C. reiteró su arrepentimiento y pidió perdón a la familia de la víctima, aunque durante el juicio solo respondió a las preguntas de su defensa y no a las acusaciones.

El acusado pide perdón y alega que no recordaba el acto por intoxicación alcohólica

El acusado también relató que el día del suceso, se había reunido con amigos en su vivienda, donde consumieron una gran cantidad de alcohol. Según su declaración, descubrió marcas en el cuello de su pareja, lo que desencadenó una fuerte discusión. Tras salir de la casa y continuar bebiendo, regresó y encontró a su pareja cambiándose de ropa. Lo que ocurrió después, afirmó, no lo recuerda debido a su estado de ebriedad.

La fiscalía sostiene que el acusado actuó con alevosía, a pesar de sus alegaciones de no recordar el acto homicida. Según la acusación, Alfredo G.C. inmovilizó a la víctima en la cama, asfixiándola hasta causarle la muerte. Al día siguiente, al darse cuenta de que su pareja estaba muerta, envolvió el cuerpo en una sábana y lo arrojó al río. Además, se apropió de la tarjeta bancaria de la víctima, realizando extracciones de dinero por un total de 8.140 euros.

La fiscal del caso ha mantenido su petición de 29 años de cárcel para Alfredo G.C., argumentando que el acusado no actuó bajo un estado pasajero de intoxicación, ya que tenía el hábito de beber diariamente y tuvo la oportunidad de recuperarse antes del acto.

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