La guerra entre el académico de la RAE Francisco Rico y el escritor, y también académico Arturo Pérez-Reverte parece haber llegado a su punto más álgido, con la columna que escribe el segundo en el diario El País, en la que desvela “la clave”, al menos según la versión de Pérez-Reverte, de la discordia. El cruce de columnas entre uno y otro es ya tendencia en Twitter.

El bolsillo de Rico
Arturo Pérez-Reverte fija la clave del enfrentamiento con Francisco Rico en motivos económicos y lo enmarca en la versión que el escritor de Alatriste hizo años atrás de El Quijote para uso escolar, y en los derechos de autor por ese libro.

Según explica Pérez-Reverte, escribió la versión de “forma desinteresada y cediendo todos los derechos editoriales a la RAE”, sin embargo, esa no era la intención de Francisco Rico, que también iba a ser colaborador en el proyecto, que sí pretendía cobrar, porque de la Academia sólo le interesa "lo que atañe a su bolsillo", de acuerdo con la versión del escritor.

“Decidí, por tanto, mandarlo a paseo”, prosigue su narración Reverte, que recuerda que “el éxito fue enorme, nuestro Quijotillo ha vendido hasta la fecha unos 80.000 ejemplares, y los derechos de traducción han sido adquiridos por varios editores extranjeros, produciendo unos modestos ingresos que a la RAE le vienen muy bien, habida cuenta del vergonzoso abandono económico en que la tienen las altas instituciones del Estado”.

“En lo que acabo de contar radican, lamentablemente, las principales claves del asunto. Desde que el Quijotillo académico vio la luz, Paco Rico se embarcó ante terceros, cada vez que tuvo ocasión, en una ácida campaña de desprestigio de la obrita y de quienes la alumbraron”, escribe Pérez-Reverte.

"Alatristemente célebre productos de best sellers"

Su columna llega después de una anterior de Francisco Rico, también publicada en El País, en la que el académico y filólogo arremetía contra Pérez-Reverte, a quien se refirió como “el alatristemente célebre productor de best sellers".


El debate sexista
El artículo de Rico fue su respuesta a las críticas dirigidas por Pérez-Reverte a sus compañeros académicos, a quienes tildó de "acomplejados y timoratos",  por su “silencio” ante el debate iniciado por un grupo de profesores andaluces que pidieron amparo tras una directiva de la Junta de Andalucía que les instaba a usar "el ridículo desdoblamiento de género: académicas y académicos”.

En su artículo, Rico justificaba el silencio de la RAE porque la Academia no es el Constitucional "y no puede dar "amparo" a nadie. El académico dejaba la polémica en el ámbito “político”.