El 25 de octubre de 2014, Carlos Osoro Sierra tomó posesión en la complicada archidiócesis de Madrid. Lo hizo tras ser elegido por el Papa Francisco para convertir la Iglesia en una ‘casa de armonía’ y sembrar en España la denominada ‘primavera eclesiástica’. Su primer reto no era fácil. Tras 20 años de reinado de Rouco Varela, Osoro se encontró una diócesis mermada por la falta de vocaciones, el integrismo religioso y que estaba mucho más preocupada por los asuntos políticos que por la religión.

El legado de Rouco
Con el beneplácito de Juan Pablo II y Benedicto XVI, Rouco Varela permitió que movimientos muy conservadores como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo, Comunión y Liberación o los Kikos, camparan a sus anchas en la Conferencia Episcopal Española. Y lo hizo para, en beneficio del PP, liderar la oposición a las conquistas conseguidas por los Gobiernos del PSOE en materia social.

Así, mientras los sacerdotes progresistas eran marginados a pequeñas parroquias y fundaciones; la Conferencia Episcopal se servía de las élites políticas y económicas del Opus Dei, de los dólares que religiosamente aportaban los Legionarios de Cristo, de las universidades y contactos empresariales que les proporcionaba Comunión y Liberación, y del ejercito de fanáticos que los Kikos ponían en la calle cada vez que Rouco Varela quería manifestarse en contra del aborto o los matrimonio homosexuales.

Todo ello acompañado del apoyo incondicional proporcionado por el entramado mediático con el que cuenta la Conferencia Episcopal (propietaria de la COPE y 13TV), y de los grupos de comunicación más reaccionarios (como Intereconomía, ‘La Razón’ o el diario ‘ABC’). Por su parte, el Partido Popular repartía sus cargos de dirección entre dirigentes del Opus Dei (como los son Federico Trillo, Isabel Tocino, Juan Cotino o Jorge Fernández Díaz) y los Legionarios de Cristo (con los que podría simpatizar la exalcaldesa de Madrid Ana Botella). 

La revolución de Osoro
En menos de dos años al frente de la diócesis, Osoro ha cambiado las formas y el fondo de gobernar en la Iglesia de Madrid. Prueba de ello es la distancia que el arzobispo muestra con Hazte Oír, la asociación que lideró las manifestaciones contra las políticas sociales impulsadas por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y cuyos dirigentes, según la Justicia, formarían parten de la secta El Yunque

“No los conozco ni tengo datos concretos de que alrededor de mí exista alguien (de Hazte Oír). Si me engañan, eso es otra cosa distinta (…) Sé que eso existe, sé que eso se da, pero no tengo datos de que estas personas que estén alrededor mío… Si son y me están engañando, mucho peor para ellas porque me están engañando”, afirmó Carlos Osoro a ELPLURAL.COM.  

El arzobispo tampoco tiene reparos en mostar su malestar con la línea editorial de 13 TV, medio que es propiedad de la Conferencia Episcopal: “La comunicación tiene el poder de crear puentes. Y si tiene ese poder, lo que no puede hacer es poner muros. Tiene que favorecer el encuentro y la inclusión de todos, tiene que enriquecer la sociedad precisamente porque nos pone el diálogo con todos.  Y ese poder lo tienen los medios. A mi me gustaría que los medios de la Iglesia esto lo ejerciesen”.

No sólo palabras 
No son sólo palabras. Osoro también ha pasado a la acción para demostrar que la Iglesia de Madrid ha cambiado. Una de las pruebas más evidentes es el Plan Diocesano de Evangelización -ha comenzado este año y durará hasta 2018-, que el arzobispo ha puesto en marcha para aumentar la participación de los laicos, perder el miedo al testimonio personal y fomentar la comunión entre las diferentes realidades que conforman la iglesia. Algo impensable en la era de Rouco Varela.

Hasta la fecha, 9.000 fieles se han inscrito en este Plan Diocesano en el que por primera vez en muchos años se toma en consideración las opiniones formuladas por la Iglesia de base. La mayoría de las peticiones inciden en la necesidad de atraer a las familias; para lo cual es preciso salir de la zona de confort que suponen los muros de la parroquia. En este sentido se han sugerido propuestas abiertas a todos los vecinos, como convivencias, excursiones, cinefórum, charlas de crecimiento personal, eventos culturales como música, teatro y conciertos, y tertulias sobre temas de actualidad, junto a más horas de apertura de los templos.