Todo empezó en un pequeño pueblo nigeriano, ante el juicio y la mirada de un brujo que les anticipó el viaje que les esperaba por delante hasta llegar a Europa: torturas continuadas, pero mucho peor si rompían el trato que habían hecho.
Este fue el inicio de un grupo de mujeres que fueron captadas para una red de explotación sexual liderada por Patricia Igbinovia, conocida como Mamá Bobby. Tras cortarle un mechón de vello púbico y varias uñas de los pies y obligarle a beber sangre de una gallina degollada, empezó el viaje hasta Europa, concretamente a Málaga. El destino que les esperaba a este grupo de mujeres era trabajar como prostitutas en un polígono de la ciudad andaluza 24 horas al día, los 7 días a la semana, pese a que lo desconocían por completo creyendo que iban a trabajar limpiando casas o colaborando en una peluquería.
Un viaje de continuas explotaciones
Sin embargo, no solo era fatídico el final que les esperaba sino el propio viaje hasta llegar a Málaga. A una de ellas le dieron un pasaporte de una nigeriana que residía en España, la subieron en un coche hasta el aeropuerto de Lagos, donde cogió un avión con destino Málaga, pero haciendo antes escala en Casablanca.
Otras de las víctimas de la red viajaron por tierra en camioneta hasta Libia, pasando días encerradas en Trípoli (Libia) hasta llegar a un número de mujeres con el que poder llenar una patera. Mientras tanto, los hombres las torturaban y las violaban. Fueron transportadas en una zódiac, sin ningún tipo de protección, y advirtiéndolas que si alguna moría sería lanzada al mar por sus compañeras. Consiguieron ser rescatadas por salvamento marítimo italiano, a través del cual pudieron llegar a un centro de inmigrantes. Allí se comunicaron por teléfono con un nigeriano residente en Italia que las condujo hasta Málaga, donde finalmente las esperaban las dos mujeres enviadas por Mamá Bobby a España, Pat y Mamá Tracy.
Por si el camino hasta España no hubiera sido duro, lo peor todavía estaba por llegar: su trabajo como esclavas sexuales, en pésimas condiciones de vida.
Operación 'Reina'
Todos estos años de silencio llegaron a su fin en 2017, cuando una de las víctimas dio el paso de denunciar todo lo que sus compañeras y ella habían estado sufriendo. A partir de esta denuncia, la Policía Nacional abrió la correspondiente investigación bajo la operación Reina, que ha conseguido ya la liberación de 10 mujeres y la detención de 15 personas, entre ellas Pat y Mamá Tracy. Ahora mismo, seis años después de iniciarse la investigación, seis de las detenidas han acudido a la Audiencia Provincial de Málaga. La Fiscalía ha solicitado para Pat y Mamá Tracy 67 y 32 años de reclusión penitenciaria, respectivamente.
Al margen de las dos líderes de la red en España, otro de los acusados es el hombre que captaba el dinero y se lo entregaba a Mamá Bobby. La Fiscalía solicitó en este caso tres años de cárcel y el pago de una multa de 60.000 euros por blanqueo de capitales.
La Justicia también ha llamado la cabeza de la red. Un juzgado de Nigeria solicitó para Mamá Bobby siete años de prisión por enviar a multitud de mujeres a España para ser explotadas sexualmente.
Sobre la investigación llevada a cabo y que aún sigue su marcha, Alberto M., subinspector en la comisaría general de Extranjería y Fronteras señaló: “Una víctima de esta red denunció a través de una ONG, que son pilares esenciales para nosotros en nuestro trabajo. A raíz de su relato, que era creíble totalmente porque se trataba de una mafia de explotación sexual de libro, basada en el vudú, comenzamos a investigar. Comprobamos que la red tenía su rama en Nigeria, donde se captaba a las chicas, y su rama en Europa, donde se les explotaba después. Los miembros de la mafia aquí solían recordarles con mucha frecuencia el juramento que hicieron antes de partir. Era su forma de atemorizarlas”.