Cuando en un pueblo o en un barrio se cierra una librería, algo muere contigo. Eso ocurrió en el día de Reyes de enero del pasado año. La mítica librería madrileña, Pérgamo, inaugurada en 1945 por un catedrático represaliado franquista, cerró sus puertas el 5 de enero de 2021. Sus propietarias, las hermanas Lourdes (80 años) y Ana Serrano (72), que se habían hecho cargo y continuado el negocio de sus padres, se jubilaban. A ello había que añadirle la caída en los ingresos a causa de la venta de libros por internet. La librería Pérgamo, la más antigua de Madrid, siempre conservó todo su sabor original y una de las pocas que conservaba toda su idiosincrasia, pero se hallaba en la antesala de su cierre. Pero ocurrió el milagro e inesperadamente se salvó.
Afortunadamente, poco duró la pena y el luto. Gracias a un mecenas “gallego-mexicano”, que adquiría allí sus libros desde su infancia, se salvó ese templo de la cultura madrileña, haciendo una oferta a sus actuales propietarios, Ana y Lourdes. Este empresario hizo el milagro y les alquiló el local, ubicado en la calle General Oráa. El “salvador” de la librería mantiene su anonimato.
Jorge F. Hernández es ahora, tras el milagro laico, el librero en Pérgamo. Acumula una gran experiencia pues, no en balde, fue agregado cultural de la embajada de México. Sus objetivos están claros, pues, aunque se declara “un gran devorador de libros” piensa ponerse detrás del mostrador” y mantener y perpetuar el espíritu y esencia de la librería para que “los fantasmas sigan deambulando entre los estantes, que son maravillosos”. Y así es, pues continúa la librería con la misma decoración, librerías de madera de cerezo y similar fachada.
Regalo de Reyes: No se cierra
Hay que recordar como en la antesala y víspera del Día de Reyes de 2021, cuando se sabía ya de su inminente cierre, los clientes fieles y habituales se despedían al mismo tiempo que traían regalos a sus responsables. Una fecha triste ya que eran los últimos libros que comprarían en Pérgamo. Fue entonces cuando obró el milagro navideño al llegar un hombre y espetarle directamente a una de sus propietarias que quería alquilar la librería. Está interesado porque desde pequeño era allí donde había comprado sus libros. También manifestó su hartazgo por el cierre de las tiendas del barrio.
De la librería, el mecenas se dirigió a la inmobiliaria responsable de alquilar el local y gestionó el traspaso. “Hemos tenido una gran suerte, como si hubiera venido Papá Noel, los Reyes Magos, como si nos hubiera tocado el Gordo”, declaraba una de sus propietarias con gran alborozo, consciente de que la obra de su padre iba a tener continuidad.
Una librería 'roja' en un barrio de derechas
En el capítulo de las anécdotas, su propietaria, narraba poco antes de su cierre, como, aunque se ubique en un barrio de derechas, son pocos los problemas que han tenido por ser considerado una librería “roja”. Como por ejemplo, unos jóvenes del Opus Dei, le demandaron la retirada del escaparate del libro “Vida y milagros de monseñor Escrivá de Balaguer” de Luis Carandell con la “justificación” de “hablaba muy mal de Monseñor, y eso no lo podemos consentir". También hubo quien le pidió que no exhibiese una postal de Rita Hayworth, quitándose el guante en Gilda, porque “esa foto es indecente para nuestra juventud y un atentado contra su pureza”.
Un cuento de Navidad hecho realidad
Pérgamo resiste, se salva de la picota consumista, el barrio no se queda sin su librería más peculiar y Madrid salva a un templo de la cultura de ser una nueva e insulsa pizzería. Más libros, menos pizzas, podría ser la conclusión de esta historia real que parece un cuento de Navidad. Pero real, como los libros mismos.