No es difícil escuchar a más de una mujer decir que ansía el momento en que la menstruación desaparezca de su vida. Sin embargo, la por algunas ansiada menopausia, es para muchas un periodo complicado.

“Muchas mujeres asisten perplejas a los cambios que experimentan y que no entienden”, advierte la Dra. Clotilde Vázquez, jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid. En ocasiones la menopausia va acompañada de problemas, sufrimiento y, “demasiadas veces, incomprensión”, destaca. A lo largo de la historia, la mujer ha estado acostumbrada siempre a aguantar, pero “esa no es la filosofía”, subraya esta especialista que acaba de escribir un libro destinado a dar respuesta a muchas de las preguntas que se hacen las mujeres que están pasado por esta etapa.

Cuestión de estrógenos

En ‘Klimaterio. Historia de mujeres y hormonas’, la Dra. Vázquez analiza desde el rigor científico, pero con un punto de visión humano y divertido, los componentes hormonales, psicológicos, sociales y de salud de este periodo.

Su objetivo es ayudar a muchas mujeres más allá de la consulta. “Busco arrojar luz sobre un problema, que no es otro que una glándula endocrina, que deja de funcionar, y para cuyo abordaje hay que tener en cuenta todas las consecuencias que trae el cese de producción de estrógenos y progesterona”, reconoce. Y es que, como ella misma aclara, estas hormonas son de especial importancia en la salud cardiovascular, ósea, metabólica y sexual, por lo que no es recomendable privar de las mismas a las mujeres, salvo que haya una contraindicación clara. Eso, sí, no se trata de “hormonar sin más”, precisa, sino de tratar el déficit hormonal con un enfoque endocrino .

Dra. Clotilde Vázquez

Para esta especialista, la aproximación médica a estas pacientes ha de ser “integral” y ha de tener en cuenta aspectos como las enfermedades asociadas y las circunstancias personales de cada caso. Por ello es importante el trabajo en equipo entre endocrinos, ginecólogos y otras especialidades potencialmente implicadas.

A lo largo de su trayectoria, la Dra. Vázquez se ha encontrado en su consulta a muchas pacientes con exceso de peso, problemas tiroideos o diabetes, pero “con síntomas que afectaban a su calidad de vida de forma importante y que no tenían que ver con esas patologías, sino con el cese brusco de producción estrógenos, una hormona cuyo déficit produce efectos muy negativos a corto, a medio y a largo plazo”, relata.

Resulta fundamental, por tanto, “aportarles la mejor salud, tanto física como psíquica, el mayor número de años posible”, afirma. Hay que tener en cuenta que la esperanza de vida ha aumentado mucho y, que, si bien hace un siglo era de cincuenta y pocos años , “la misma que la del ovario”, ahora la mujer puede vivir 30 o 40 años más desde que deja de menstruar.

Historias ficticias, pero muy reales

El libro redactado por esta médico incluye una introducción, en la que se resalta la importancia de tratar el problema y se hace una revisión exhaustiva de los estudios científicos disponibles basados en la evidencia, y una relación de casos de personajes ficticios, basados, eso sí, en su experiencia en consulta .

Se trata de una publicación enfocada en “la hormona desde el punto de vista de un endocrino”, resume la Dra. Vázquez, porque aunque existen “muchos libros de autoayuda y de mujeres que cuentan su experiencia con la menopausia, lo cual es muy positivo, la mujer tiene que conocer también cuál es su situación biológica para acudir a un profesional que le diagnostique y vea cuál es el camino a seguir para mantener su salud física y emocional”, subraya.

Historias de mujeres y hormonas

De este modo, a lo largo del texto podemos encontrar pacientes con diabetes, síndrome premenstrual y depresión posparto, prolapso uterino o cáncer de mama. “El síndrome premenstrual y la depresión postparto, por ejemplo, se parecen a la menopausia, ya que, aunque en una menor escala, se trata de cambios hormonales”, asevera.

Su intención no es otra que abarcar una diversidad de situaciones con las que el lector/a pueda sentirse identificado. “No solo mujeres-matiza- sino también algunos hombres, que a veces sufren un déficit hormonal que les puede llevar a la pérdida de musculatura, disminución de la libido y consecuencias emocionales”. En este tipo de casos, el proceso suele ser paulatino, por lo que el organismo se va adaptando y el afectado no lo identifica como motivo de consulta con el médico, pero “hay que diagnosticarlo y valorar si es necesario y conveniente tratarlo", indica la jefa de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz.

La gran diferencia entre la mujer y el hombre reside, precisamente, en la velocidad a la que evoluciona el proceso. “En algunas mujeres es muy brusco y las funciones cognitivas y emocionales se resienten mucho”, precisa. Los estrógenos son muy importantes para la salud, por lo que, mientras se pueda, no hay que privar a la mujer de ellos, para evitar que sufran un salto muy importante en su salud biológica”, resume la Dra. Vázquez.

Un proceso inevitable, pero tratable

En este sentido, recuerda, que, aunque se dice que le ocurre a todas y que hay que pasarlo, no es así. “Hay que corregirlo para que sea más suave y que el organismo no se lesione por el cambio brusco", insiste, añadiendo que “en la vida, hay cosas que se deben soportar porque son inevitables pero, aun así, en algunos casos hay que valorar si pueden tratarse”.

Por este motivo, la Dra. Vázquez insta a la mujeres a no asumir esta fase como algo “horrible”, y a ahondar en su diagnóstico y correcto abordaje, para afrontarla profesionalmente y no solo con filosofía y buena actitud. “Esto último es necesario, pero resulta insuficiente. Si usted tiene un déficit de hormonas, hay que tratarle con hormonas a las dosis adecuadas, lo mismo que hacemos con un hipotiroidismo o una diabetes. Mi apuesta, clarísimamente, es esa” concluye.