La pandemia del Covid-19 está dando a conocer multitud de vertientes solidarias de personas, colectivos, voluntarios o entidades. La sociedad en pleno se está volcando en tareas de ayuda o de colaboración. Grupos organizados de voluntarios están en el frente de lucha en esta guerra contra el coronavirus y muchas son las batallas que se libran y muchos los soldados que la libran. En este campo de batalla no bélico pero si asesino se han dado a conocer un grupo de soldados de nuevo cuño, aunque existían con anterioridad, y que forman parte de lo que se denomina el movimiento de los “makers”.

La "tercera revolución industrial", la cultura "hacedora"

Para quienes desconozcan la filosofía y forma de actuar de los miembros de este movimiento comentamos que se definen como una nueva cultura o “cultura hacedora”, Hay quien la define como la “tercera revolución industrial”.

Se trata de una cultura contemporánea que representa una extensión basada en la tecnología de la cultura DIY (“Do it Yourself “o “Hágalo usted mismo”. Se basa en la creencia de que todos somos capaces de desarrollar cualquier tarea en vez de contratar a un especialista para realizarla.

makers chefuturo

La cultura maker se basa en actividades dirigidas a la ingeniería como la electrónica, la robótica, la impresión 3D, y el uso de herramientas de control numérico, así como también se relaciona con actividades más tradicionales, como la metalurgia, la carpintería, y las artes y artesanías tradicionales, etc. Esta corriente enfatiza el enfoque de un uso reiterado de "cortar y pegar" para tecnologías estandarizadas para aficionados, y anima a la adaptación y reutilización de diseños publicados en sitios web y publicaciones orientadas al hacedor.

¿Cómo están colaborando en la lucha contra el Covid-19?


Pues lo hacen de manera organizada y en grupos. Un ejemplo es la cadena de 'makers' que actúan en los pueblos del norte de la A-1 de Madrid. Son otro ejemplo de activistas anónimos. Su centro de almacenaje y recogida lo tiene en San Sebastián de los Reyes y está integrado por los pueblos que se hallan a lo largo de la zona norte de esta carretera, desde La Cabrera a Alcobendas pasando por Alalpardo, Cobeña, San Agustín, Guadalix, San Sebastián de los Reyes y todos las localidades que se integran en esa franja.

Este grupo coordinado fabrica pantallas protectoras para donarlas a quienes las necesiten. Están suministrando este material de forma gratuita y costeando de su bolsillo los materiales y herramientas para miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado y personal sanitario pero también se benefician de estas labores otros colectivos que lo demanden. Están montando más de 500 viseras protectoras al día.

Una red de de coronamakers en toda España


Estamos narrando la actividad de un grupo, el de los pueblos del norte de la A-1 de Madrid pero este es solo un caso que hemos seleccionado pero son una tupida y amplia red de makers en Madrid y en toda España. Se estiman que serían más de 13.500 voluntarios en España produciendo pantallas sanitarias de protección con impresoras desde sus casas. Sus armas son impresoras 3D a pleno rendimiento desde que un grupo de makers pensara cómo ayudar a luchar contra el coronavirus. Son toda una cadena de solidaridad humana.

Coronavirus Makers


De 20 voluntarios a 13.500 en 10 días

Sus inicios hay que buscarlos en un canal de Telegram. Empezaron 20 y en diez días los “CoronaVirusMakers” formaron un batallón de 13.500, organizados en grupos de trabajo. El más amplio es el de fabricación que produce los objetos. También está el de anuncios, el de investigación y el de I+D. Cuando consiguen un prototipo se distribuyen el trabajo por comunidades autónomas y municipios en los que, según las necesidades, fabrican desde diademas para pantallas protectoras, mascarillas a componentes para respiradores hospitalarios.

Se definen en la web que poseen como miles de voluntarios en red, trabajando en equipo para suplir las necesidades mientras nuestra sociedad acelera las medidas de protección para todas. Nuestros trabajos que hacemos desde casa en cada minuto libre coordinando, investigando, imprimiendo, cacharreando, comunicando, estandarizando, analizando, produciendo... pero estamos coordinadas. Tenemos un grupo nacional de coordinación que aglutina las referencias de investigación, mapea los grupos de acción, y se reparte las tareas. Colaboramos con las fuerzas de seguridad, hospitales, tejido industrial, y universidades para poner en marcha iniciativas y ofrecer soluciones”.

Ahora tienen más retos, entre ellos los respiradores. Lo conseguirán, el movimiento maker unido a su carácter no tiene límites.