Hasta 65 grados en Callao, 63,5 en la Plaza Mayor y 54,8 en la Puerta del Sol de Madrid. Estos son los datos que ha registrado este miércoles la organización Greenpeace en plena ola de calor. La entidad ecologista ha medido, a través de cámaras termográficas, el calor extremo al que se está viendo sometida la capital para instar al Gobierno municipal de José Luís Martínez- Almeida a la "imperiosa necesidad" de repoblar las zonas verdes que aseguren sombra y resguardo en la capital.
Este verano ya ha batido récords de temperatura en toda España, que ya sumaba 8.000 muertes atribuidas al calor severo entre los años 2022 y 2023. Sin embargo, esta temporada se está constituyendo como un verdadero punto de inflexión en cuánto a las olas de calor se refiere, aunando tres rachas de temperaturas insostenibles seguidas.
Paralelamente a este verano sofocante que está solando el país, Madrid sufre una deforestación por parte del Ayuntamiento de Martínez-Almedida, que está despoblando sistemáticamente las pocas zonas verdes que posee la ciudad. En contra de lo que, como muchos, señala Greenpeace, sobre que "la presencia de arbolado maduro es una de las mejores medidas contra el calor extremo, el consistorio madrileño se centra en realizar obras que cada vez desmantelan más el distrito Centro". Este es, precisamente, el que cuenta con menos zonas verdes de toda la capital, seguido de Chamberí, Retiro y Tetuán.
Madrid, un cementerio de árboles
En plena ola de calor, el consistorio madrileño ha provocado la oposición vecinal en la Plaza de Santa Ana por sus planes de tala del 85% de los árboles de la zona en pos de constuir un parking privado para residentes. Por otra parte, os manifestantes presentrán este viernes una alternativa al alcalde de Madrid para reducir los daños de las obras. Sin embargo, la tradición del consistorio de deforestar las zonas verdes madrileñas viene de lejos.
Ya en el año 2022 en el barrio de Vallecas, cuándo, después de que el Ayuntamiento intentara reploblar el barrio de Ensanche tras el paso de Filomena, el 77% de los ejemplares murieron por falta de riego y mantenimeinto en pocos meses. La que ahora ostenta el título como la zona que más ha sufrido las políticas de deforestación de Almeida, es también una de las que el consistorio madrileño está tratando de repoblar con más ímpetu a modo de "compensación" por los estragos causados. Y es que entre los años 2019 y 2023, el Ayuntamiento ha perdido únicamente entre Puente y Villa de Vallecas 5.102 árboles, según datos del propio consistorio.
Algo parecido ocurrió en 2023 en el Parque de Arganzuela, dónde se talaron 1.027 árboles y siete zonas verdes por llevar a cabo las obras de ampliación de la línea 11 de metro. También en Madrid Río, dónde la autorización de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid propició la tala masiva de 525 ejemplares del espacio madrileño por la misma ampliación del transporte.
También Almeida le concedió al Real Madrid licencia para talar árboles durante las obras de los parkings del Santiago Bernabéu, que finalmente terminó este año con 73 árboles perdidos.
Una capital inhabitable
Arrastrando la tradición de mutilar a sus pulmones verdes, Madrid se ha vuelto un auténtico yermo. Los cuidadanos y cuidadanas no pueden contar con protegerse del sol en las franjas de mayor calor además de que no existen apenas zonas arboladas en las que poder descansar o resguardarse en un verano de récords históricos de temperatura.
La diferencia es más que notable, y en Madid aun queda algún ejemplo de ello.Tal y como han captado las cámaras de Greenpeace, en los alrededores del Museo del Prado la temperatura durante las últimas jornadas ha llegado a rozar los 45 grados. Sin embargo, tan sólo unos metros más adelante, en la Paseo que precede a la institución, plagado de árboles y fuentes, se registraban 27 grados además de un ambiente mucho más fresco.
Según la organización ecológica, la presencia de vegetación y agua en las calles "puede disminuir la temperatura hasta 12 grados". A ello, han añadido en un comunicado oficial que "Madrid y el resto de ciudades necesitan reverdecer para luchar contra el calor extremo".
La tala de la Plaza de Santa Ana
A día de hoy, el movimiento 'No a La Tala' continúa articulándose contra el Ayuntamiento de Madrid, ahora capitaneado especialmente por las asociaciones vecinales del barrio de Las Letras y Sol en el marco de las obras inminentes del consistorio en la Plaza de Santa Ana. Prescisamente este espacio,que ya cuenta con ejemplares marcados listos para su tala, también fue medido por las cámaras de Greenpeace.
En este sentido, se registró una temperatura media de más de 53 grados en las zonas de la plaza desprovistas de árboles, mientras que en las partes que todavía cuentan con vegetación, el calor era de entre 15 y 20 grados menos.