“Mamá, ¿te vas a curar?” Tiene 7 años y siempre le respondo que ahora vamos a jugar, porque eso es todo lo que le puedo prometer". Con este estremecedor relato inicia María su petición en Change. org. Esta gallega de 43 años con cáncer de mama metastásico en estadío IV está decidida a lograr que los cribados para esta patología comiencen en todas las comunidades autónomas a los 40 años. 

Si hubiera sido así, su realidad sería bien distinta. Ella no tuvo ninguna oportunidad. En su comunidad el programa se inicia a los 50, y nada le llevó nunca a sospechar lo que estaba pasando en su cuerpo, y que lo que en un primer momento parecía una lumbalgia acabaría con el peor de los diagnósticos. "Empecé a tener mucho dolor de huesos. Cada vez me dolía más y más", recuerda a ELPLURAL.COM. 

Sin embargo, lejos de tirar la toalla, ha apostado por vivir y por tratar de cambiar las cosas. Deja claro que la iniciativa responde a una decisión "muy meditada", fruto en buena parte de lo ocurrido en Andalucía. "Fue uno de los principales motivos para hacer este llamamiento", reconoce.  Su objetivo ahora es "reconvertir este dolor en algo bueno".  "Para mí ya no hay cura, pero lo hago por todas las mujeres, madres, hijas, amigas", subraya, confesando que no deja de ser "un legado que quiero dejar a mi hijo y a la sociedad". 

Sabe lo valioso que es el tiempo, así que el fin es lograr el mayor número de firmas lo antes posible, pues tiene el firme propósito de llevarlas a Madrid, al Ministerio de Sanidad, donde espera poder reunirse con la ministra o con quien "quiera recibirme". 

Por el momento, su petición para lograr que en todo el territorio nacional se realicen mamografías a partir de los 40 años supera ya las 45.000 firmas. En la actualidad, los programas difieren, según la Comunidad Autónoma. En  Navarra, La Rioja, Castilla y León, Castilla-La Mancha. Comunidad Valenciana y Murcia se inician a los 45 años, edad a la que también pretende llegar Andalucía; mientras que en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Aragón, Cataluña, Madrid, Extremadura, Baleares y Canarias lo hacen a los 50. 

"Necesitamos muchas firmas, muchas firmas", defiende esta gallega valiente que afronta la vida en su esencia, en cada minuto que le regala, compartiendo tiempo con su hijo, con su marido, o caminando con su perro., amigo incansable de las caminatas a las que no renuncia María Varela. 

La enfermedad no ha logrado apagar la activista que lleva dentro desde niña y está decidida a pelear. "Es una prueba sencilla. Tenemos los aparatos. Necesitamos más personal", defiende, recalcando que a nivel económico también supondría un ahorro de miles de euros. "Mi tratamiento en muy caro, cuesta unos 5.000 euros al mes", explica, matizando que su tuviera que pagarlo tendría que elegir entre eso y comer. "Tendría que arruinar a mi familia", precisa. 

"Si a mí me hubieran hecho pruebas antes, me habrían detectado el cáncer a tiempo y quizás tendría una opción de curarme. Porque conozco a muchas mujeres que han sido diagnosticadas con cuarenta y pico años, como yo, o incluso más jóvenes", cuenta María en el vídeo que ha grabado para explicar su petición. 

En este sentido, insiste en que cada vez hace diagnósticos de cáncer de mama en mujeres más jóvenes. "No podemos darnos cuenta de este cambio y mantener la edad de la primera mamografía en 50 años, una decisión que se tomó en un momento en el que la prevalencia de esta patología en estas franjas de edad era inferior", reitera. 

"No somos dos o tres. Según la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), se estima que el cáncer más frecuente diagnosticado en mujeres en España en 2024 fue el cáncer de mama, con 36.395 casos", resume, antes de pedir el apoyo a la iniciativa "para que ningún niño se quede sin madre a una edad temprana; para que ninguna pareja vea truncados sus planes de futuro; para que ningún padre ni madre tenga que enterrar a sus hijos". 

"Hoy he sido yo, pero mañana puede ser tu hija, tu hermana, tu amiga. Cualquier mujer a tu alrededor", concluye, apuntando que cuando mira a una niña piensa en que, "por favor, para ella sí lleguemos a tiempo". 

Inasequible al desaliento, aunque confesando que lleva meses en una montaña rusa que no deja de subir y bajar, anima a la ciudadanía a apoyar la iniciativa y a vivir, porque, como ella misma asegura a esta redacción: "Yo quiero vivir. El tiempo que me queda, quiero vivir". 

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