La Dirección General de la Guardia Civil ha adquirido 249 unidades de Seat León con carrocería familiar para ser usados por los agentes y con los que pretende sustituir su vieja flota de coches que superan en algunos casos el medio millón de kilómetros, según han denunciado las asociaciones representativas. La compra es claramente insuficiente, teniendo en cuenta que el Cuerpo dispone de más de 19.000 vehículos, de los que al menos 6.580 tienen más de 10 años o más de 300.000 kilómetros.

Según datos a los que ha posido acceder El Plural, en el caso de los turismos, el porcentaje que supera los 10 años o centenares de kilómetros es del 23,98% y en vehículos todoterreno, del 35,54%. Se supone que ocurre lo mismo en el caso de los autobuses,camiones, furgones y otros vehículos usados por la Guardia Civil.

La AUGC cree que la compra es "anecdótica"

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha calificado la compra del Ministerio de Interior de "anecdótica" porque con el número de vehículos adquiridos "no se soluciona el problema del parque automovilístico" que tiene el Cuerpo.

Desde la Asociación de Suboficiales de la Guardia Civil (ASESGC), su vicepresidente, Ángel Ramírez, considera "insuficiente" la compra, aunque le da "la bienvenida, si forma parte de un plan de remodelación más amplio y se dota al Cuerpo de los vehículos que requieren los guardias". En este sentido, destaca "la necesidad de adquirir más todoterrenos, apropiados para el trabajo de los agentes en el ámbito rural y, también, urbano". Esta asociación manifiesta que "por parte de la Dirección General se está realizando un estudio de las plantillas de vehículos que son necesarias para cada Unidad del Cuerpo", y que "es evidente, que por si sola, esta adquisición resulta a todas luces insuficiente.

Los mismos coches que usa la Ertzaintza

La Guardia Civil ha optado por coches Seat León con carrocería familiar, que serán usados con la identificación del Cuerpo y como camuflados. Los vehículos, de modalidad diésel, cuentan con un equipo de antenas de comunicación, sistemas de señalización acústicos y luminosos, y toda la equipación necesaria para que los agentes puedan realizar su trabajo. Se trata de la misma marca elegida el año pasado por el Gobierno vasco para uso de la Ertzaintza.

La UCO viaja en coches requisados a políticos corruptos 

La renovación de la flota de coches es una vieja reivindicación de las asociaciones representativas de guardias civiles, quien en reiteradas ocasiones han denunciado que van en vehículos de hasta medio millón de kilómetros, viejos y en mal estado.

La precariedad de la flota de coches de la Guardia Civil quedó también en evidencia cuando se conoció, el año pasado, que el juez del caso Lezo, de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ordenó la devolución por parte de la Unidad Central Operativa (UCO) de los coches del expresidente madrileño Ignacio González, requisados en el marco de la operación policial.

La Guardia Civil había pedido utilizar estos vehículos por el deficiente estado de su parque móvil, pero el juez admitió el recurso de la defensa del expresidente madrileño que pidió la devolución de los coches alegando que “no consta claramente acreditado la vinculación de dichos vehículos con la comisión de los delitos que se atribuyen a los investigados ni que hayan sido producto de las ganancias ilícitas obtenidas”.

Más recientemente, la jueza María Isabel Rodríguez, instructora de la causa contra el exministro Eduardo Zaplana, ordenó la entrega de los coches requisados al político a la Guardia Civil, en particular a la UCO, alegando que tendrían un uso público y los vehículos eran de “especial idoneidad” para esta unidad de investigación.