El cuerpo de Rosario Porto, autora del caso Asunta, fue encontrado sin vida el pasado martes en la cárcel de Brieva (Ávila), después de que ella misma se la quitara, pero todavía quedan algunas incógnitas por despejar.

Este jueves han sido llamadas a declarar varias internas por si escucharon algo durante la noche. Entre ellas se encuentran una mujer condenada por yihadismo, amiga en prisión de la reclusa. También hay dos mujeres condenadas por terrorismo en este centro penitenciario, pero se encuentran en un módulo distinto.

Desde su entrada en esta prisión, y según fuentes penitenciarias, a Porto no tardaron en retirarle el protocolo de prevención de suicidios. Aunque había intentado quitarse la vida en ocasiones anteriores, entendieron que ya llevaba una vida "totalmente normal"

A pesar de que esta fue la cárcel más conflictiva de las que había estado (recordemos que había estado también en las prisiones de Teixeiro y A Lama), fue también a la que mejor se adaptó, ya que se hacía respetar pero no tenía problemas con ninguna persona de su módulo y pasó susúltimos días leyendo o haciendo crucigramas.

Tampoco se comunicaba con personas de fuera más allá de un par de amigos. Sin embargo, parece que algunos problemas como el incendio el mes pasado de su chalé de Teo, donde se produjeron los hechos por los que está encarcelada y la denegación sistemática de los permisos penitenciarios que ya le correspondían al haber cumplido un tercio de la condena, podrían haberle desanimado.

En un principio parece que la razón del suicidio obedece a un sentimiento de culpa por el asesinato de su hija Asunta, que llevó a cabo junto a su marido también encarcelado, Alfonso Basterra. Pero aún hay preguntas por responder.

Lo que parece cada vez más claro Porto llevaba planeando el sucidio durante un tiempo, ya que los agentes se encontraron con las ropa y todas las- pocas-pertenecias de la reclusa recogidas.