Tal día como hoy, hace 15 años, Frank Rijkaard hizo debutar de manera oficial a Lionel Andrés Messi, con 17 años, tres meses y 22 días. Lo que vino después de esta fecha es historia viva del fútbol en general y del Fútbol Club Barcelona en particular. Lo hizo en un encuentro frente al Espanyol, disputado en el Estadio Olímpico Lluís Companys. Desde entonces, el 16 de octubre se ha convertido en una fecha imborrable en la memoria de cualquier seguidor del club azulgrana.
15 años después del estreno, el astro argentino suma ya a título individual seis botas de oro, cinco balones de oro, un premio The Best, e incluso la Generalitat le concedió la Cruz de Sant Jordi, el 30 de abril de 2019, además de decenas de premios de menor importancia. Y si las distinciones personales son abultadas, el palmarés con el Barça es de otro mundo. 10 ligas (máximo goleador en la historia del campeonato doméstico), 4 Champions, seis copas, ocho supercopas de España, tres supercopas de Europa y tres mundiales de clubes. Casi nada. Sin embargo, pese a que las cifras hablan de un jugador único en la historia -muchos lo consideran el mejor de todos los tiempos-, Messi es mucho más que unas simples cifras.
“Es un pequeño diablo. Nunca había visto algo así en un jugador tan joven y menos con una camiseta tan importante”, dijo Fabio Capello en el año 2005, poco después de su debut. “Es un jugador que no se puede describir, solo hay que verlo, maravillarse y admirarlo. Messi es un jugador con un nivel por encima de todos los demás”, afirmó en su momento el seleccionador de Uruguay, Óscar Washington Tabárez. “Alguna vez contaré a mis nietos que yo entrené a Leo”, dijo el entonces técnico del Barcelona, Pep Guardiola. “Ver jugar a Messi es un placer. Es como tener un orgasmo”, señaló Luis Figo. Sin embargo, quizá la frase más precisa para definir al argentino la hizo el exentrenador del Arsenal Arsène Wenger, después de que Messi les metiera cuatro goles y les eliminara de la Champions: “Es un jugador de PlayStation”.
Unos elogios que en muchas ocasiones le han llegado también desde estrellas de otros deportes. “Messi es el mejor jugador que hay en el mundo. Y, si no lo es ya, será el mejor jugador de todos los tiempos”, manifestó LeBron James. “Hace que el fútbol se vea como yo contra un niño de quinto grado”, dijo Usain Bolt. “Es el mejor jugador que he visto. Es un bien del deporte y, aunque seas rival, disfrutas viéndole”, declaró Rafa Nadal.
15 años después de aquel 16 de octubre de 2004, Messi ha jugador de manera oficial 692 partidos con la elástica azulgrana, ha marcado 604 goles (máximo anotador del Barça en Liga y Champions) y ha asistido en 236 ocasiones (máximo asistente en Liga, Copa y Champions). Debido a esta efeméride, hoy ElPlural.com se ha propuesto un reto que roza lo imposible: escoger los mejores goles del argentino defendiendo los colores del Barça. Una lista elaborada por criterios totalmente subjetivos, de la que se han caído dianas míticas, y que tras varios borrones ha quedado definitivamente de la siguiente manera.
15. El comienzo de la leyenda. Temporada 2004/2005.
Su primer gol oficial con la camiseta del Barça no podía faltar en este ranking. Un tanto simbólico, en el que la celebración de Ronaldinho ya presagiaba lo que estaba por venir.
14. Sencillamente, imparable. Temporada 2008/2009.
Control de pecho, carrera de 30 metros, quiebro a uno, quiebro a otro, y golazo por la escuadra con la derecha. ¡Y parece fácil!
13. El día que el Benito Villamarín se rindió al argentino. Temporada 2018/2019.
Una vaselina al alcance de unos pocos privilegiados. La reacción de la hinchada del Betis, rendida a Leo, lo dice todo.
12. “De PlayStation”. Temporada 20010/2011.
“Un jugador de PlayStation”, dijo Wenger. Poco más que añadir.
11. Un hattrick de ensueño. Temporada 2006/2007.
¿Qué se puede decir de un jugador que su primer triplete de goles lo consigue contra el eterno rival? Un aviso a navegantes.
10. El día que tocó el cielo en Roma. Temporada 2008/2009.
El gol que certificó la tercera Champions en la historia del Barça. Durante unos segundos levitó en el aire para imponerse a tres torres como Vidic, Ferdinand y van der Sar.
9. Un gol que dio la vuelta al mundo. Temporada 2017/2018.
Último minuto. Real Madrid 2-2 Barcelona. Estadio Santiago Bernabéu. El resto, historia de los clásicos y una celebración que difícilmente olvidará ningún aficionado blanco ni culé.
8. Con el pecho para sellar el sextete. Temporada 2009/2010.
El tanto con el que el Barcelona conseguía lo que nadie había conseguido antes. Seis títulos de seis disponibles. Una gesta que nadie ha vuelto a repetir.
7. Como Ronaldo al Compostela. Temporada 2009/2010.
Al igual que a Ronaldo (el brasileño) nadie del Compostela le pudo frenar en 1996, tampoco lo hicieron los jugadores del Zaragoza con Messi.
6. Un regate icónico. Temporada 2014/2015.
Es muy difícil que todo un campeón del mundo sea recordado por un regate que le hicieron. Messi lo consiguió con Boateng. Un tanto que supuso una nueva final de Champions, y que posteriormente se consumó en la quinta orejona del Barça.
5. El misil tierra-aire. Temporada 2018/2019.
Una obra maestre en forma de falta. 35 metros que recorrió la pelota en apenas unas décimas para acabar entrando por la escuadra de Allison.
4. Imparable para los leones. Temporada 2012/2013.
En una baldosa se fue no de uno, no de dos, sino de tres jugadores para acabar poniéndola imposible para el portero del Athletic.
3. Cuando tomó el Bernabéu con Europa como testigo. Temporada 2010/2011.
Con toda Europa mirando al Bernabéu, en todas unas semifinales de Champions, Messi recibió la pelota de Busquets y decidió irse de todo aquel que le saliera al paso para acabar cruzando con la pierna mala ante la salida de Casillas.
2. ¿De qué planeta viniste? Temporada 2014/2015.
“El fútbol cuando lo practica Messi se convierte en otra cosa. Es arte”, narró Alfredo Martínez (Onda Cero) tras este gol. Imposible definirlo mejor.
1. El día que se disfrazó de Maradona contra los ingleses. Temporada 2006/2007.
En plena ola de comparaciones con Diego Armando Maradona, a Messi no se le ocurrió otra cosa que plagiar (aunque el pelusa lo hizo en una final de un Mundial) el gol más icónico de la historia del fútbol. Como diría el gran Víctor Hugo, “genio, genio, genio”.
