Letizia conquista China: los estilismos que desataron la ‘letimania’ en Pekín

La reciente visita de Estado de los reyes a China se trata de la primera visita de un monarca europeo en siete años, la cual confirma un giro diplomático que no pasa desapercibido ni en Bruselas ni en Washington. La política exterior española ha comenzado a ser reescrita. Sánchez ha optado por reforzar sus lazos con China, un movimiento estratégico que consolida a Madrid como el socio occidental más abierto al gigante asiático.

La imagen de Felipe VI y Letizia Ortiz en el Gran Palacio del Pueblo junto a Xin Jinping y su esposa, no es solo un gesto protocolario, sino más bien un reposicionamiento profundo de España dentro del paradigma internacional. En este viaje de Estado, se han aprobado además tres nuevos protocolos que abren las fronteras al sector agroalimentario español. Nos encontramos ante uno de los acuerdos más relevantes para la estrategia del sector porcino de España frente a sus exportaciones a China, el de reorganización de la peste porcina africana. 

Si algo ha destacado en la visita de los reyes a China ha sido sin duda los estilismos de la reina, aquellos que mucho más de quedarse lejos han estado a la altura de la cultura occidental. La reina ha brindado un ‘homenaje’ a la moda occidental con piezas de firmas como Carolina Herrera posicionándose una vez más como un referente de la moda.

El miércoles durante la ceremonia de bienvenida oficial en el exterior del palacio del Pueblo donde se esperaba la asistencia del presidente Xi Jinping y su esposa Peng Liyuan, la reina Letizia acompañada del rey Felipe VI optó por llevar un abrigo gris con motivos estampados florales en tonalidades rosas, blancas y amarillas acompañadas a su vez por unas hojas verdes.

Letizia a su llegada en la segunda jornada del viaje de Estado. EP.

Este abrigo largo de la firma de Carolina Herrera presentada en su última colección de otoño–invierno desató entre los estudiantes de español la ‘letimania’. La reina ciñó el abrigo en figura de A y largo hasta los tobillos a su cintura a través de un cinturón gris.

El estampado que aportaba gran tonalidad al abrigo recordaba de cierto modo a las alfombras tradicionales chinas, haciendo por tanto un guiño a la cultura occidental mezclándola de cierto modo con los famosos mantones de manila característicos en la cultura español. Debajo del abrigo, la reina llevaba un vestido largo con el mismo tono rosado que el de las flores del abrigo lo que conjuntó con unos zapatos destalonados y un bolso de mano también en color rosado. La mañana era fría por lo que para Letizia la mejor opción para abrigarse fue una pashmina rosa chicle que le cubría el cuello.

Para la posterior cena de gala, la reina volvió a lucir un estilismo de Carolina Herrera que también volvía a recordar los motivos florales de China, aunque esta vez de forma más sutil y discreta. El vestido negro largo y ajustado que llevaba Letizia estaba compuesto por unas flores blancas que tul que sobresalían en la parte de los hombros, combinados a su vez con unos pendientes de perlas y un bolso de mano negro.

Letizia ha aprovechado uno de sus vestidos más elegantes que cuelgan de su armario desde hace años para volver a ser un icono de la moda, el Carolina Herrara del que hablamos ya había sido visto en otros eventos, destacando la capacidad de la reina para darle una segunda vida a la ropa.

Letimanía en la Universidad de Lenguas Extranjeras

Durante su visita a la Universidad de Lenguas Extranjeras la reina destacó entre los estudiantes de español la ‘letimania’, los cuales le rodearon con un mar de móviles que dejaban constancia de la visita de la Reina y a su vez, de su estilismo.

La reina Letizia asistió a la sala de actos donde se celebraba un acto con estudiantes de español en el que se rindió homenaje a los profesores españoles que llegaron a China en los años 50 tras la revolución maoísta.

Para esta ocasión Letizia decidió que la mejor opción era un traje burdeos también con una blusa negra con lazada y salones de Margrit. Una vez más, combinó elegancia y sutilidad donde su armario se adaptó al acto por completo.