La madre de Nagore Laffage, la joven estudiante de enfermería a la que el psiquiatra Diego Yllanes mató en Pamplona el 7 de julio de 2008 por negarse a mantener relaciones sexuales con él, ha puesto en macha una campaña de recogida de firmas para que el alcohol deje de ser considerado un atenuante.

"Basta de rebajar las penas a los violadores: agredir borracho no es un atenuante", destaca Asun Casasola en change.org, donde en dos días ha reunido ya más de 150.000 firmas de apoyo.

Su objetivo es trasladar al Congreso todas las adhesiones que sume para modificar el Código Penal y con ello evitar que, de nuevo, en una sentencia, se pueda considerar, como en el caso de Nagore, que la embriaguez es un atenuante.

En aquella ocasión se estableció que el alcohol "afectaba de una forma leve" a las "facultades intelectuales y de la voluntad" del acusado, quien, recuerda Casasola, golpeó "36 veces" a su hija de 20 años, "una y otra vez hasta matarla".

"No me importa cuántas copas se hubiera bebido el asesino de mi hija antes de intentar violarla y asesinarla, sino el crimen que cometió", afirma en la plataforma en la que recoge firmas. Quiere un cambio legal "por Nagore y por las otras víctimas".

Se trata, dice, de que "aquello no vuelva a repetirse", de "hacer justicia en un sistema en el que las mujeres seguimos siendo violadas".