Son pocos los que lo conocen, aunque muchos los que se sorprenden al leer los textos grabados en las cartelas. Muy próximo a la carretera comarcal 2004 que lleva de la ciudad de Guadalajara a Chiloeches, en las coordenadas 40°36'23.1"N 3°09'40.5"W duerme un peculiar cementerio.
Lejos de encontrar tumbas y sepelios, en este espacio se erige una gran cruz en cuya base puede leerse: "En este lugar fueron inhumados los asesinados por la horda roja en la prisión central de Guadajara el día 6 de diciembre de 1936. En su memoria la hermandad de familiares de Caídos construyó este recinto sagrado que fue bendecido el día 27 de marzo de 1943. Rogad por ellos".

Al otro lado, en el mismo espacio, otro texto reza: "Al cumplirse XXV años de paz en España renovamos nuestro homenaje vivo y sentido de fidelidad y gratitud a los heroicos mártires inmolados por las hordas rojas, que con su generosa sangre y tremendo sacrificio hicieron posible la salvación de la Patria que tanto amaron. Caídos por Dios y por España. Presentes".

Las claves del pasado y presente de este espacio se las da a ELPLURAL.COM Pedro José Pradillo, Técnico de Patrimonio Histórico del Patronato Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara y unas de las personas que mejor conoce la historia de esta localidad. "Ese cementerio fue fosa común para más de 260 personas asesinadas en la Cárcel Provincial de Guadalajara como represalia al bombardeo del ejército golpista del 6 de diciembre de 1936", confirma a este medio. Terminada la Guerra Civil, se procedió a la exhumación de los cadáveres.
La jornada negra del 6 de diciembre
Guadalajara permaneció fiel a la República durante prácticamente toda la Guerra Civil, lo que supuso, además de la pérdida de miles de vidas, la destrucción de un importantísimo patrimonio. Esta ciudad fue una de las últimas capitales de provincia del centro peninsular en ser ocupada por el ejército franquista.
El 6 de diciembre de 1936 se produjo uno de los episodios más cruentos de su historia. La aviación franquista bombardeó sin piedad el municipio, causando la muerte de muchos vecinos del barrio obrero de la Estación, incluidos mujeres y niños. Ese día, la ciudad perdió también lo que quedaba de su Alcázar y el Palacio del Infantado, uno de los monumentos más emblemáticos, hoy reconstruido, testigo de muchos episodios relevantes de la historia de España como la boda de Felipe II con Isabel de Valois. Según muchos historiadores, el bombardeo del Palacio del infantado, sirvió al ejército sublevado para ensayar las tácticas que luego se emplearían en Guernica.
Esa tarde, como represalia, milicianos republicanos asaltaron la prisión provincial y fusilaron a más de 250 presos.
¿Afectado por la Ley de Memoria Histórica?
Dado el lenguaje empleado en los textos grabados en el monumento de la carretera de Guadalajara, hay quien se pregunta por qué no está afectado por la Ley de Memoria Democrática, que contempla la retirada de símbolos y exaltaciones de la dictadura franquista, la figura de Francisco Franco, la Guerra Civil y la represión. Se encuentra en propiedad privada. Fue la hermandad de familiares la que costeó el cerramiento del recinto y "aún hoy en la actualidad se ocupan de su mantenimiento", apunta Pradillo.
El asunto de las propiedades privadas es complejo, según explica a ELPLURAL.COM Eduardo Ranz, abogado especialista en Memoria Democrática. En principio no están afectadas por la norma, si bien, "la ley establece una excepción. El artículo 33.4 de la Ley de Memoria del año 2022 establece que: Cuando los elementos contrarios a la memoria democrática estén ubicados en edificios de carácter privado o religioso, pero con proyección a un espacio o uso público, las personas o instituciones titulares o propietarias de los mismos deberán retirarlos o eliminarlos, en la forma establecida en el presente artículo". explica este especialista.
No es el caso del monumento de Guadalajara, pero sí la razón que permite acceder a otros lugares privados con la finalidad de retirar simbología religiosa o la que hizo posible la exhumación de Queipo de Llano.
Pese a todo, hay una contradicción, advierte Ranz, la ley establece una sanción por mantener simbología franquista en el seno de la iglesia católica, o de un Ayuntamiento, considerada infracción grave, pero aplicar las mismas "el expediente debe arrancar desde la Secretaría de Estado de Memoria, y no costa sanción alguna desde la entrada en vigor de la ley del año 2022, ni la elaboración de un catálogo de vestigios, que según la propia norma debía estar publicado en octubre de 2023".