Como sus hijos, Felipe y Victoria Federica, también la infanta Elena se saltó el confinamiento en Semana Santa, aunque su recorrido fue más corto. La hermana mayor de Felipe VI optó por refugiarse en la casa de campo de una íntima amiga situada en Labajos y Muñopedro, en Segovia (Castilla y León).

Felipe y Victoria Federica no tuvieron reparos en dejarse ver en bares y restaurantes de Marbella tras saltarse el confinamiento decretado para frenar la pandemia. Su madre, más discreta eso sí, decidió pasar unos días en el entorno de confianza que le brinda la finca de casi 123 hectáreas de los condes de la Ventosa. Según describe Vanitatis, una casa de campo de grandes ventanales, propiedad de sus amigos José María Álvarez de Toledo y Rita Allendesalazar.

La hija del jefe de protocolo de Casa Real

El padre de Rita era José María Allendesalazar, conde de Montenfuerte y de Alpuente y marqués de Santa Cristina y Casariego, y hasta su fallecimiento, en 1983, fue jefe de protocolo de Casa Real y además mano derecha del Rey Juan Carlos, según Ok Diario.

Un refugio en el que la infanta, al parecer, practicó uno de sus deportes preferidos, la hípica, y que es también uno de los sitios preferidos por su hermana, la infanta Cristina y su marido Iñaki Urdangarin, quien ha disfrutado del campo allí, durante alguno de sus permisos.

La infanta Elena ha optado por relajarse en esta finca y, también, en otras de la Comunidad de Madrid tras las duras críticas por su vacunación contra el coronavirus en Emiratos Árabes, a donde ha viajado en varias ocasiones para encontrarse con su padre. La hermana mayor del Rey viajó con la infanta Cristina y ambas fueron inmunizadas.

En un comunicado, las hermanas justificaron que acudieron a "visitar a nuestro padre y con el objeto de tener un pasaporte sanitario que nos permitiera hacerlo regularmente, se nos ofreció la posibilidad de vacunarnos, a lo que accedimos. De no ser por esta circunstancia habríamos accedido al turno de vacunación en España, cuando nos hubiera correspondido”.