No bebemos tanta cerveza como pensamos. La crisis provocada por la propagación del Covid 19, que ha obligado al parón de los mercados y a la clausura de bares, restaurantes, y clubs, tiene como consecuencia que la industria cervecera de nuestro país esté sufriendo también dificultades económicas.

El confinamiento ha cambiado radicalmente nuestros hábitos de consumo. De hecho, según la asociación de Cerveceros de España, “en un principio -tras decretarse el Estado de Alarma- las compras se centraron en productos de primera necesidad para llenar la despensa y a continuación vimos cómo éstas se diversificaron hacia productos más cotidianos, como son los refrescos. No es de extrañar por tanto que la cerveza también experimentara un repunte en ventas en alimentación en esos días, puesto que se trata de un producto transversal y consumido por la mayoría de los adultos españoles en moderación”.

Sin embargo, aunque los hogares españoles hayan incrementado, tal y como señala la consultora Gelt, el consumo de cerveza hasta en un 77,65 por ciento tras la segunda semana del confinamiento, periodo que coincide con la caída del pánico por el desabastecimiento en los supermercados y el establecimiento de rutinas, lo cierto es que estas ventas no son suficientes para salvar la industria cervecera, ya que es el canal Horeca, cerrado durante este periodo, el que genera el grueso de los beneficios con el 67 por ciento de las ventas del oro líquido. Algo que hace polvo a productores y distribuidores.

Es hora de reinventarse para sobrevivir

Aún así, los españoles le buscamos la vuelta a todo y encontrar una excusa para socializar es muestra de ello. Durante estas semanas son innumerables las iniciativas que han surgido a través de las plataformas sociales para asistir a eventos musicales online o realizar videoconferencias. Quedadas con amigos o familia, en pijama y cerveza en mano, que amenizan estos momentos de clausura y soledad. Sin embargo, la creatividad no es suficiente.

La industria está preocupada por las más de 500 cerveceras que sufren ya la ausencia del turismo, y el cierre de la hostelería -la mayoría pymes y autónomos- que son el motor del sector. Por ello, Jacobo Olalla, director de Cerveceros de España, solicita a la administración “políticas e iniciativas legales que garanticen la continuidad operativa de los profesionales y empresas del sector cervecero, independientemente de su tamaño, así como de la hostelería y de los sectores interdependientes de la misma”. Medidas que habrán de esperar.

Mientras tanto, algunas marcas, especialmente las artesanales y con menor capacidad productiva buscan reinventarse en medio de la crisis sanitaria. Algunas como La Virgen, ofertan packs a medida y una suscripción mensual. Es el caso de su oferta ‘El Birrero’, una opción que combina diferentes estilos de cerveza recién embotellada y que es servida a domicilio de forma gratuita.

Otras, como Mustache han iniciado campañas de apoyo a tiendas, bares y restaurantes, destinando el 30 por ciento de sus ingresos a este fin. Además, esta marca, conocida por sus iniciativas sociales, destina desde sus orígenes parte de sus beneficios a proyectos para el rescate y protección de los galgos, que resultan ser también su imagen de marca.

Una iniciativa similar se lleva a cabo la bilbaína La Salve, que anuncia que los beneficios de la venta directa serán “íntegramente” destinados a la Asociación Bilbao Centro y a la Asociación Bilbaohistoriko en apoyo al comercio local.

Otra como la madrileña La Quince, da una vuelta de tuerca a su imagen. Ha creado cuatro tipos de cerveza que homenajean a los héroes de la pandemia. Cada uno de los personajes, representados en las etiquetas, hacen referencia a un colectivo. Se trata de los sanitarios; las familias confinadas; los empleados de las fábricas y cadenas de distribución y las empresas que han dado soporte a la marca desde su nacimiento.

Por su parte, la asociación Cerveceros de España, que engloba a grandes y pequeñas marcas, ha puesto al servicio de la administración instalaciones, vehículos, productos de limpieza y desinfección que puedan ser de utilidad en esta emergencia sanitaria.

¿Y en el extranjero?

Al igual que España, los mercados cerveceros de otros países también son testigos de la excepcionalidad de la situación provocada por la pandemia y de la réplica en las pautas de comportamiento en lo que respecta a los hábitos de consumo.

En China se disparó la venta de helados y en Estados Unidos los snack, sopas enlatada y preconizados de pasta. Se trata de los ‘comfort food’, alimentos que, como la cerveza, nos proporcionan un valor sentimental y provocan que, en estos momentos de enorme carga emocional y estrés, nos sintamos, en cierto modo reconfortados. Y es que una cervecita, aunque sea en confinamiento, y siempre con moderación, no está de más para hacer más llevadero, este mal ‘trago’ sanitario.