El expresidente de Bankia Rodrigo Rato a su salida de la Audiencia Nacional, tras declarar ante el juez Fernando Andreu como imputado por el caso de las tarjetas opacas de Caja Madrid. EFE



Fernando Andreu, el juez de la Audiencia Nacional que investiga el uso fraudulento de las tarjetas 'black' de Caja Madrid primero y luego Bankia, ha imputado a los 78 titulares de dichas tarjetas. Hasta ahora solo estaban imputados los dos ex presidentes de la entidad financiera, ambos puestos por el PP, Miguel Blesa y Rodrigo rato, así como el ex director general Idelfonso Sánchez Barcoj. La Fiscalía Anticorrupción había solicitado al juez que imputara a los 27 miembros del Consejo e Administración. Los 78 imputados comenzarán a declarar a partir del 27 de febrero.

Administración fraudulenta y posible apropiación indebida
Los fiscales encargados del caso consideran que tanto los ex presidentes como los miembros del consejo de administración podrían haber cometido un delito de administración desleal o fraudulenta, dado que el Código Penal considera administración fraudulenta cuando "los administradores de hecho o de derecho o los socios de cualquier sociedad constituida o en formación, que en beneficio propio o de un tercero, con abuso de las funciones propias de su cargo, dispongan fraudulentamente de los bienes de la sociedad".

Dinero opaco a Hacienda
El saqueo de la antigua Caja Madrid y posterior Bankia se perpetró durante años con un sistema diseñado primero por Miguel Blesa, aupado a la presidencia de la Caja por decisión personal y directa del ex Presidente Aznar, y continuado por Rodrigo Rato, colocado en el cargo por Rajoy. Rato además era un símbolo, el autor del falso milagro económico español de Aznar. Con rato cayo Bankia y con la caída de Bankia España tuvo que pedir el rescate bancario. Miles de millones en créditos de alto riesgo a empresarios amigos, compras disparatadas como la mansión de Miami, sueldos estratosféricos, dietas de lujo, tarjetas para gastos personales y, por si no fuera suficiente, tarjetas 'black' con las que se sacaban otro jugoso sobresueldo y diseñadas para no pagar impuestos a Hacienda. Los investigadores han cifrado en casi 15.5 millones de euros lo gastado con estas tarjetas, tres millones de euros se gastaron en comidas en restaurantes, dos millones de euros los retiraron en efectivo, más de 1,5 millones en viajes, más de un millón de euros en compras en centros comerciales, 800.000 euros en hoteles y 700.000 euros en ropa y complementos.