La Guardia Civil ha denunciado a un bar de Ponte Caldelas, en Pontevedra, que seguía funcionando tras empapelar los cristales de su fachada para ocultar su actividad, saltándose el confinamiento al que obliga el estado de alarma decretado por el Gobierno.

El fin de semana pasada, cuatro agentes de la comandancia de la Guardia Civil en Pontevedra se percataron de que podía haber una persona en el interior del local, situado en una céntrica calle de Ponte Caldelas. Los guardias entraron en el bar y vieron, sorprendidos, a un cliente que tomaba una consumisión en la barra.

La máquina expendedora de tabaco estaba encendida y el lavavajillas se encontraba en pleno funcionando con una carga de copas y vasos, entre otras evidencias de que la propietaria del negocio había atendido a otros clientes.

La propietaria del establecimiento y el cliente que se encontraba en interior del bar han sido denunciados por la Guardia Civil por vía administrativa ante la Subdelegación del Gobierno de Pontevedra por transgredir las restricciones impuestas en el Real Decreto por el que se declaró el estado de alarma, según adelanta La Voz de Galicia.

Los clientes de otro bar accedían a través de una contraseña

El pasado fin de semana, la Policía Nacional de Ferrol desalojó a los clientes de un local de hostelería situado en Fajardo que incumplía la prohibición del estado de alarma. La clientela accedía al sitio usando una contraseña a través de una puerta lateral.

Fuentes policiales señalaron que tanto los clientes como el propietario del Mesón Rapela fueron identificados y fue formulada la correspondiente propuesta de sanción a cada uno de ellos.