Los concejales del gobierno de Múnich (Alemania) han presentado una moción para iluminar el Allianz Arena con la bandera con los colores del arcoíris en el encuentro que la selección bávara disputara el miércoles contra Hungría. En redes se ha comenzado a comentar esta postura rotunda contra la homofobia y muchos lo han comparado con las maniobras de José Luis Martínez-Almeida al frente del Ayuntamiento de Madrid, ya que ha mostrado su rechazo a colocar la bandera LGTBI en la sede del consistorio durante la celebración del Orgullo.

“Múnich apoya la diversidad, la tolerancia y la igualdad genuina en el deporte y en la sociedad”, recoge la moción que todos los partidos con representación en el Ayuntamiento de Múnich ha dirigido al alcalde de la localidad, Dieter Reiter, y que este se ha encargado de remitir a UEFA que es quien tiene ahora la última palabra.

Una iniciativa con la que Múnich pretende plantar cara a la homofobia del gobierno de Viktor Orbán, después de que este 15 de junio el parlamento húngaro sacara adelante una ley que prohíbe el intercambio de información que se considera que promueve la homosexualidad o identidades de género no binarias entre los menores de 18 años.

“Con motivo del partido entre Alemania y Hungría, el consejo desea enviar un mensaje visible de solidaridad a la comunidad LGBT que está sufriendo por la reciente legislación aprobada por el gobierno húngaro. Esta ley representa un nuevo punto más bajo en la privación de derechos de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero, la última de una serie de medidas a lo largo de los años que constituyen una restricción sistemática del estado de derecho y las libertades básicas en Hungría”, subraya la moción.

Decisión que llama la atención en Madrid

Esta decisión ha llamado la atención en Madrid, donde recientemente Almeida ha corregido la postura de la vicealcaldesa, Begoña Villacís, que había afirmado que estaban estudiando la posibilidad de colocar la bandera arcoíris en el Palacio de Cibeles. “El año pasado ya se cumplió la sentencia del Supremo por unanimidad del equipo de Gobierno, que nos asesoraron y nos dijeron que no se podía colgar la bandera. No ha habido cambio de doctrina del Tribunal Supremo y parece difícil que podamos colgar la bandera, lo que no quiere decir que no vayamos a colaborar”, ha afirmado el alcalde madrileño.

Fue durante la primera celebración del Orgullo con Almeida como alcalde de la capital cuando se inició la polémica por la insignia LGTBI después del pacto de Gobierno con la ultraderecha. Entre tiras y aflojas, la bandera se colocó en un lateral de la fachada y el acto en el que se colocó no contó con la presencia de ninguna asociación LGTBI ni con la oposición.