2021 ha sido un año completamente adverso en cuanto a climatología se refiere. El año que empezó con la mayor nevada en décadas acaba con unas temperaturas más propias del mes de abril. Unos cambios que demuestran que la emergencia climática es una realidad.

Y es que Filomena trajo consigo una ola de frío que llegó a alcanzar, según datos de la AEMET, los -25,2 ºC registrados en Molina de Aragón, los -21,0 ºC de Teruel, los -14,1 ºC de Albacete/base aérea y los -13,7 ºC observados en Torrejón de Ardoz. La cosa no se quedó ahí, ya que se registraron las mayores temperaturas en un mes de enero desde que hay registros. Por ejemplo, en Alicante los 29,8 ºC el día 29, Alicante-Elche, con 28,3 ºC el día 28, Alcantarilla, con 28,2 ºC el día 29, y Tortosa, donde se midieron 28,1 ºC el día 28.

También en enero la borrasca Barra inundó Navarra provocando multitud de daños materiales.

Febrero fue muy cálido en todo el territorio peninsular. Y es que este mes seco como pocos trajo consigo que la media mensual de las temperaturas mínimas diarias resultara la más alta desde el comienzo de la serie, habiéndose establecidos nuevos récords en 24 estaciones. También en Europa, la tormenta Bend inundó grandes zonas de Alemania, donde murieron 183 personas.

Además, en EEUU una serie de tornados relacionados por los expertos con el cambio climático arrasaron miles de viviendas

Los siguientes meses, incluido el verano, fueron también extremadamente secos, con sucesos de climatología adversa puntuales. Lo que propició que, junto a la poca limpieza de los montes, viviéramos un verano con numerosos incendios forestales.

A lo largo de 2021 se han producido en España más de veinte grandes incendios forestales. Eso que queman 500 ha de superficie forestal, 250 ha en las Islas Canarias. El verano estuvo protagonizado por incendios como los de Sierra Bermeja, en Málaga,con 8.900 ha, Navalacruz, en Ávila, con 22.000 ha arrasadas por las llamas o el producido en Tenerife con 3.088 ha de monte calcinados. Estos incendios, que se produjeron en agosto, fueron consecuencia del aumento de 0,9 ⁰C de media que subió la temperatura en toda España.

La cosa no mejoró en septiembre. Aunque no tenga nada que ver con la climatología. La Palma comenzaba a temblar y el 19 de septiembre la tierra se rajaba y la lava empezaba a salir por el valle de Aridane. Tres meses después, concretamente el 25 de diciembre, la finalización de la erupción del volcán de Cumbre Vieja tras 85 días, si bien no de la emergencia.

Además, a mediados del mes de diciembre otras lluvias torrenciales afectaron a la cuenca del Ebro, inundando de nuevo grandes zonas de Navarra y Aragón, con una crecida que llegó a desbordar Zaragoza.