Hay una frase que se emplea con frecuencia para dirigirse a las mujeres que todavía no han sido madres a una edad avanzada: "Se te pasa el arroz". Sin embargo, la ciencia ha demostrado que esto no solo le ocurre a las mujeres, sino también a los hombres. 

Los hombres también tienen reloj biológico y, si bien es cierto, que avanza a otro ritmo y que producen espermatozoides toda la vida, la edad influye en su calidad, y por tanto en las posibilidades de lograr un embarazo natural o de tener éxito con el tratamiento de reproducción asistida. 

"La motilidad de los espermatozoides comienza a descender desde los 30 años, aproximadamente un 1% por año", asegura el doctor Maurizio de Rocco, andrólogo de la clínica Fertilab Barcelona, que explica que esto "significa que un hombre de 35 años ya puede tener un 5% menos de movilidad espermática que a los 30".

Aunque esa disminución progresiva puede pasar desapercibida, tiene un impacto real en la capacidad de concebir de forma natural y en la eficacia de las técnicas de reproducción asistida. "Cuando los hombres superan los 45 años, se observa además una menor formación de embriones y hasta un 10% menos de tasa de nacidos vivos en reproducción asistida", detalla este especialista. 

Pero hay más, porque la edad de los hombres también puede afectar a su descendencia y hay estudios que relacionan esa condición con mayores probabilidades de autismo en los hijos. 

Cómo proteger la fertilidad

Al igual que hay una serie de recomendaciones para proteger la fertilidad de las mujeres, también las hay para los varones. 

Llevar un estilo de vida saludable es clave. Para preservar la calidad del esperma más tiempo, este experto recomienda controlar el peso, practicar ejercicio regularmente, mantener una dieta equilibrada y evitar el tabaco, el alcohol y otras drogas. 

Congelación de esperma

Del mismo modo, también es posible preservar el esperma, mediante la criopreservación, una alternativa efectiva. "Lo ideal es hacerlo entre los 30 y 35 años, con un límite práctico de 45, para maximizar las posibilidades de éxito en un futuro embarazo", aconseja el Dr. de Rocco. "Esta estrategia permite a los hombres conservar espermatozoides de mayor calidad, que podrán ser utilizados más adelante en caso de que surjan dificultades para concebir de forma natural", precisa. "No es lo mismo ser padre a los 30 que a los 80, por eso la planificación debe considerar la edad de ambos miembros de la pareja", zanja. 

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