El Parlamento de Galicia inició este semana la tramitación -solo con los votos del Partido Popular- de una ley de bienestar animal que prevé multas de entre 500€ y 5.000€ para quien recoja un perro o un gato abandonado sin contar con permiso administrativo.

Este Proyecto de Ley de Protección y Bienestar de los Animales de Compañía en Galicia, califica en su artículo 30 como una infracción grave la “recogida de animales vagabundos o extraviados sin la correspondiente autorización” y la “cesión en adopción de animales abandonados sin cumplir los requisitos establecidos.

Además, se incluyen también sanciones de entre 100€ y 500€ para aquellos que alimenten a un animal callejero y multas de hasta 5.000€ si se venden animales enfermos o con taras y si se inflige cualquier tipo de maltrato que cause dolor, sufrimiento, lesiones o daños no invalidantes ni irreversibles a un animal.

Desacuerdo en el PSOE de Galicia

El PSdeG-PSOE, que ha presentado sin éxito una enmienda a la totalidad, ha acusado al Gobierno de Alberto Núñez Feijóo de aprobar una ley “elaborada en un despacho por personas que plantean por encima de los animales”, sin reconocer en ningún momento la labor desinteresada de asociaciones protectoras y voluntarios.

Con ello, la socialista Patricia Vilán, ha alertado de la redacción de la norma en lo relativo a los daños que puede sufrir a un animal, ya que podría ser algo que ponga en aprieto a los perros policía, de caza o los lazarillos.

Igualmente, la exclusión de las fiestas taurinas y de la lucha contra el maltrato a los caballos fue otro de los puntos criticados por el Partido Socialista de Galicia, ya que el título limita su ámbito a la protección de animales de compañía, pero se prohíbe, por ejemplo, la utilización de especies salvajes en los circos.

Método de recogida

La consejera de Medio Ambiente, Beatriz Mato, tampoco dio explicaciones en su intervención en el pleno sobre por qué se castiga la recogida de perros y gatos abandonados. Aun así, fuentes de su departamento apuntan a que el objetivo sea “dar garantías a los animales recogidos y a sus propietarios”.

Señalan también desde la consejería que los se pretende “es que una persona pueda recoger un animal abandonado, pero que a continuación lo lleve a un centro autorizado donde se puedan hacer todas las comprobaciones”.